miércoles, 31 de diciembre de 2014

Otra vez, depresión

Y bien, todos quieren que sonría, que sonría siempre.
Pero mi sonrisa se apaga en el instante mismo en que ellos se van a dormir.
Y yo me quedo solo, a vigilar la madrugada, por si trae puesta
todas sus estrellas, sintiendo el frío como a un grito aterrador
que nace dentro de mí, pero no puede salir, solo pugna y solo ruge.
Mucha gente me ve, pero me ven como un sustento sin carne
como una cadena todo hecho de eslabones de lágrimas,
sí, eso lágrimas como las que ahora recorren mi rostro atrevido.
Quisiera por una sola vez entregar esa alegría que ellos me piden
pero que sea sincera, no todo fingida, como se me viene haciendo costumbre.
No es porque escriba que deba tener una enfermedad mental,
que me haga el loco o el triste, o ambas cosas. Yo no comprendo esta reacción.
Hasta hace unos días estaba enteramente bien... Lleno de vida, sonriente
Y ahora otra vez mi mente se llena de voces, de gritos, de imágenes.
Llora mi corazón, lloran mis ojos. Pero no puedo impedírmelo
Soy mucho más débil y cretino que el principio mismo.
¿Será porque dejé la medicación? Imposible, o lo no sé,
a estas alturas solo sueño con cerrar los ojos y no despertar más,
porque que sé que despertaré solitario, inútil y lleno de vacíos.
Un alma que me comprenda, que quiera a su lado...
No se trata de depender de algo, pero sí de tener a quien abrazar
con quien compartir mi soledad y decirle:
"¿Sabes? Hoy tuve un mal día, ven llora conmigo"
Y no reprimir mi llanto: dejarme florecer y marchitar
hacerme eternidad, longeva estrella. Morir al término mismo.
Pero aquí estoy. Escribiendo mi depresión.
Tengo unas ganas de hacerme daño, de coserme los labios
para evitar llamarla: es que estoy prohibido de quererla.
Ella es un ángel. Yo solo soy un perro.
Y eso no es compatible. Soy un viciado. Un lisiado. Un inválido.
No busco su atención: solo quiero calmar el infinito espacio
que mi corazón me pide llenar a gritos
con unos ojazos que no sepa explicarme el principio de la vida
mi dirección, a dónde voy, sino que solo me ate de manos
y me bese por el resto de mis días....
Pero de enterarse esto, ella se marchará... Yo solo quiero un espacio
en el tiempo y en la derrota, para conjugar su nombre con el mío.
Y decirle: "¿Sabes? Hoy me fue bien. Ven, abrázame, quiero sentirme tuyo"
Y nunca más tener que fingir para todos que me siento bien,
que estoy feliz que soy real que estoy entero
No quiero un complemento, quiero alguien que me acepte,
así, todo defectuoso y lleno de nostalgia....
Alguien con quien estar a solas, pero no me entere ni me llore si me muero
una tarde cualquiera, luego de hacerle el amor, entre su corazón
y su burbuja de mar iridiscente. Encontrar ese lugar donde
yo pueda ser feliz, escribir, leer y amarla, por el resto del tiempo...
Pero no, estoy aquí, de madrugada, hablando de mi dolor
cantando de tonto, mientras afuera la vida pasa... Mientras ella duerme

jueves, 18 de diciembre de 2014

Henchido

Tengo el vientre hinchado de tanto cometer verdades,
las vertebras recogidas de tanto parecer calmado.
Ya no tengo ganas de caminar pero siempre quiero seguir buscándote.
En un par de años ya no te acordarás de este labriego de piedra,
quien te llamaba como a un tinte suave carmesí o caída de piel
La historia me enterrará y nadie se acordará de este tipejo
que deambulaba solo y con su alma de fatiga
por los pabellones cargados de fantasías y dientes de lágrimas,
la ansiedad, la retórica de la presión, el pulso del olvido;
nadie más grita, todos hicimos cola para tramitar la libertad....
Un perro con sarna es más acariciado que yo...
Y al fondo un hombre está mirándome caer caer caer...
Y no puedo gritar, porque me han arrancado la garganta.
Solo tengo lágrimas, extrañez obsesiva, depresión, timidez, tus besos.

Otra vez tú

Qué vientos la entretienen, señorita, llega tarde a nuestra cita...
Lo siento, pero se me hizo imprescindible conversar con usted antes de escribir
pero es una tortura que podemos ir callando
es un silencio que me puede ir torturando
imaginar que usted viaja en otro cielo
mientras yo me quedo quieto quieto
sosteniendo mi teatro arropando mi nostalgia
mientras escucho la misma canción que me trajo a la ribera de tu boca
para plantar mis besos para sumergirme en tu lengua
y desde allí poder anunciarle a la melancolía que yo quiero crear
un puente entre tu indiferente burbuja y mi silla de paralótrocos
Tuya mi vida tuya mi tortura tuya mi luz
tuya mi despedida tuya mi garganta tuyo mi desliz.
Tuya mi decisión tuyo mi tiempo tuya mi espera
tuya mi generación tuya mi locura tuya mi demencia.

Señorita, qué sonrisa la entretiene?, ya llega tarde a la cita...
La noche sabe esperar, pero el sueño atrapa y no se puede retener
Ni siquiera tengo ánimos de perpetuarme en un suspiro,
solo este tirria y esta pereza,
esta espera esta noche que me envuelve de ambar y nostalgia
de nostalgia y otro beso, mecánica tensiva, tus ojos diurnos
la noche que nos arropa, tus labios en retirada.
Y yo tan lejos tan lejos tan lejos

viernes, 12 de diciembre de 2014

Espasmos de oscuridad

Su voz es un escondite para los temores,
sus ojos se abren y despiertan las noches
la imagino extrañada
imagino sus fragancias sus heridas
camino por su sueño a través del tiempo
tocar el cielo incierto de su pecho
aunque ella no llore cuando me haya disperso
en la arena o el en aire o en el mar
y me domine la eternidad las ganas de palpar su mente
me pinta el rostro con su estrella una sonrisa igual
a la que ella se tatúa en el cuello
y aunque me duela en los huesos
y me arranquen las neuronas su silencio
me gusta igual aunque me vea feo en el espejo
no hay frialdad entre ella y estos delirio
ella es más hermosa que el amor
su corazón tan hermoso como el atardecer
guarda en su voz un ángel
y en su rostro un lunar como epígrafe a su sonrisa
ella es basta como la neblina
y cuando se intuye sus ojos
el día empieza a cobrar sentido
al igual que tantas tristezas en la vida
ella tiene todas las respuestas
ella tiene todas las emociones
ella es distancia pero también es absoluta
Creeré en dios si te quedas aquí
tu cabello tu lunar tu sonrisa tu espejo
me haré sonrisa si tus ojos se pueblan de cielo
tu recuerdo ahora es la línea que separa mi idealidad
de tu resistencia ELAMORNOEXISTEPARAMÍ
pero sí existen tus ojos buscando un silencio
que sea solo tuyo en este incoloro rostro
que se d i s p e r s a
y se hace atardecer para acalorar el día a día
la piedra de la locura la piedra de tu hermosura
tus labios que son revolución de tiempo espacio llanto
tus ojos que me miran pero me acarician y me hacen roedor
que navega por tu cuerpo mientras ensayo una teoría
del amor bañando tus ojos con grietas y niebla
todos tenemos un nombre p e r o e l m í o s e h a c e t u y o
mientras yo me enfoco en acondicionar habitaciones
de recibirte entre tu cuerpo y mi latido

Vida que no se hace llanto
Instantes que no se hacen pasado
Vida que no se hace tiempo
Instantes que no se hacen abusos
Antes era una ruina perdida
No había paranoia que me detuviera
Antes no estabas en mi cordura
soloestetiempoquetranscurremientrasmeaproximoalamuertesinti
Ningún día es prevesible frente tus ojos
Ondas que piafan al mar
Tiempo de polvo y lagartos
Empiezo a oír tu voz en el silencio
Voy por tu vida como si fuera por tu cuerpo
Acudo temprano a tu atardecer de perdices
Yo soy la lectura de un cronograma roto
Aunque no digas algo más intelecto que tu
Silencio de vidrios y torturas y besos.

martes, 9 de diciembre de 2014

Las musas

Dame de tu cuerpo, corazón, porque me patinan las ideas por la cabeza, tú sabes, hacen mucho ruido aquí arriba. 
Tampoco hay musas que usen medias negras.
Solo el dolor con que lavo mis pies.
Estoy perdido en una tormenta derramada en el mantel,
porque tu boca no nombra ya el silencio.
Fúndeme de ganas, cariño, porque he perdido la orientación y ya no escucho el susurro que hace el zatrix invadiendo mi sangre.
Ya para qué las musas, si son todas gallinas, lentas, llenas de humanidad,
un poco sombrías, son sencillas y ya no entienden de Literatura.
De milagro se tumban en aviones de sospecha,
su forma de mirar, como si buscaran un personaje en un pecho estrecho.
Y así salvan la especie, sin remedios y con locuras,
y mis ojos que no soportan tu claridad.
Mi buen destino, cariño, es fumarte, como si tomara el Sol
en una avenida llena de sangre, y tú no reconoces
a este infeliz que puebla tus lunas de ley de pastillas
conmigo no te puedes perder:
deberíamos acostarnos más seguido, quizá romper sillas
pintar el cielo de crudo y salvar las calles, o recrear latitudes
por ejemplo la sal de tu cuerpo cerca al mío
cuando disfrutábamos del sexo y la erotomanía.
Las cosas pasan porque sí, las musas pasan por nada,
si bien siempre diste vuelta por mi cabeza, en cosa de minutos, casi como un rayo que teme, te hiciste sombría, taciturna y lenta.
Entonces perder la vida es una apuesta lenta, porque no nos pertenece
una vez que nos hemos decidido optar por el contacto corporal
en vez de alimentarnos de canciones en llamas y cuervos amenazantes.
Dame de tu alma, cariño, que tengo sed
y no hay silencio mejor que tus pantanos y tus piernas apuntando al cielo.

Iletrados

Yo sé que al final no me quedaré contigo
que los días pasarán y pesarán
y me pesará haberme enamorado.
de alguien que cuando piensa en albertinos
piensa en fluoxetina risperidona suicidios.

También sé que esto de ser adicto a mirarte
se me irá borrando a medida que descubra
otros ojos otros cuerpos otros corazones.
Aunque siempre haya patrones recurrentes
que traigan hasta mi silencio tu nombre al revés.

Sé que no me quieres en exacta dimensión
como dos almas que generan el cambio
y que te llevo por ilusión algo por qué vivir
porque estoy todo podrido de tristezas
invadido de paredes de manicomios de perezas

Nadie puede cambiar ya esta imprecisión
si yo te puse por delante de mis prioridades
si te puse por encima de mi cuerpo de mi fe
porque creí en mi desinterés prefacio oscuro
y en tu sonrisa y en tu clima y en tu alegría.

Pero qué importa el miedo a necesitarte...

¿Cuántas veces más debo dejar de ser Yo
para ser Tú y vivir en ti como cariño decorado?
Y es que no soy precisamente el chico guapo
ni el chico rudo: soy un cobarde que fumó su tristeza
que alguna vez fumó marihuana para sentirse marciano.

Y ahora estoy encerrado conmigo mismo porque vivo solo
y todo se me hace tedio y aburrimiento, lo sé....
no habrá matrimonios ni hijos ni feminismo ni besos
no habrá viernes por la tarde una hermosa biblioteca
moriré solo acariciando papeles y el hambre de extrañarte

como si hubiera acariciado tu piel o tu azucena
creyendo que tu cuerpo arde al oir mi habitación
llena de fronteras filosos destinos pequeñas locuras
que a todos aterran, esperando que mi paciencia
deje de extrañarte porque el chico bueno (pobrecito)
nunca se queda contigo, la chica rara del cuento.

Un maldito desgraciado


Esto de ser buena persona, de ser atento, desierto de fibras telefónicas, 
estar bien armado con una sonrisa que casi desaparece por aguantar tanteos,
no resulta en enclaves briseñas, mucho menos cuando se trata de enamorar a una chica que de milagro se arma como una sonrisa y unos pies de plomo, tan duros como su corazón, y que resucita porque se cae de un grito, y que expele solo movimientos de cadera.
Y eso de estar siempre presente, aunque sí, cualquier abversidad, sosteniendo una sonrisa de cartón, tratando de maquillar la realidad para hacerla más digerible, y eso que se le escapa el alma, (se va se va se va), a la espera de un beso regio, o de un esta noche quiero hacer el amor contigo, pero, como siempre, mi alma de fotografía se resiente, se queda esquinada, bajo el influjo de la noche, perseguido por las voces inefables de la claridad, muerto de humanidad falsa.
Esto de ser sicario y voluble, de armarse y crearse un personaje tan distinto en esencia, solo para generar pulsiones electrógenas en el útero de la fémina de al frente tuyo, flor de heridas, que siempre se cierra cuando despierto en mitad de la noche, añorando su sonrisa, su baile se siglos, cuando en mitad del trueno, como un perro anochecido, me siento solo, avocado en mis ensimismamiento, aterido de suicidios, porque sudo y la extraño, como se extrañan esas personas irrepetibles en un tránsito.
Y eso de tener siempre una respuesta para la brisa que recusa su mente, de hacerse ventilador para aliviar sus penas, cambiar mis prioridades para regalarle horas extrañas. Eso de ser huevón como que se presta a ser buena gente. Y aquí sigo, ignorado y silente, para que la lluvia no salga de sus ojos. Eso de ser buen amigo es volverse rumor, antaño, presidiario, tierno, gesto; mientras ella, adolece con otros cuerpos, en mitad de la montaña o en el más profundo infierno. 
Eso de ser buena gente, de odiar a los poetas, ya pasó de moda: mejor es ser un maldito desgraciado y volver a anidar por ahí....

Dilatado


Para ella, aunque mal pague... baila baila baila
Yo seré chorrillano, pero no soy grosero, señor... A menos que me caiga de tu cielo, eso sí, una brisa me tumba, aviones de sospecha, tu forma de mirar, mi forma de irritarte con mis personajes tabús, esos que te aman de terror, y tú estás tan orgullosa de tus piernas. Mira que vivo solo, y eres solo un punto azul de fotografía sumisión. yendo yendo yendo a tus pechos pechos pechos para siempre... desde siempre, dime cuándo fue que te fallé, mírame con desconfianza, y déjame fumar, aquí me tienes, con el aire de roedor y la barba crecida.... Amigos, amigos los de antes

Caos


De ese mismo modo, los latidos de mi puño viajan hasta a ti, retirada en un solo punto, adversa a mis intenciones, condicionada por eso que llamas resistencia. No es que me haya cansado de esperar, o tal vez sí, el hecho es que cuando me toque viajar lejos, no te llevaré de almohada ni de amor mío, porque la madrugada es siempre tan espesa, y yo no tengo más que esta boca que sueña con ser tuya....
Quiero que no me abandones ni me retires tus astros, pues mi noche se haría caos. Mi trabajo es mirarte, soñarte, esconderme. Y presentir que tras esa noche, están tus ojos descompuestos de futurear. Aquí te quiero, en esta vida. Ya para qué la muerte, sin ti, esta no tiene remedio.

Ella

Ella es demasiada mujer para mí.
He ahí la disonancia entre su vida y la mía.
Mi manera de extrañarla será callar las heridas
vestir de cariño lo efímero
y de mi fuego hacer mentiras.
Tragarme las palabras cuando ella nombre a otro
romperme la quijada de noche
hacer de su compañía la cuerda que me sostiene
levantarme tan tarde para empezar a soñar su boca
su boca que es anterior a la noche.
Pintar en mi casa vacía sus ojos sin fondo
dibujar un cielo estrellado y de matiz y de polvo
hacerme barullo en su vientre de católica
ser solo resfrío quererla saber quererla necesitar
morirme de inspiración tras un porro
y fumar otro y otro
hasta olvidar que ella es demasiada mujer para mí
quiéreme como puedas, con nada me conformo.

Ibídem


Hoy no hada se queda en Paz sino antropófago que se lame las heridas sin nada nuevo que pensar desahuciado neurálgico brutálico abstemio impenitente absorto acróbata pesimista derrotado claudicado loco escapista funcionario sanmarquino remedo carbamazepiminizado maltrato errado como la vida misma solitario invadido negligente prisionero crujiente malnacido perturbado incierto retorcido deprimenteanarquista locomotora descorazonado consumido suicida envejecido esthernecido sin patrocinar aracélico templado insumiso lector literato podrido tembloroso enamorado silencio melancólico muerto hecho pedazos retablo de dudas mal amigo desesperante y se muere tras cada adjetivo huérfano soltero isabelino ignorado sobredosis de pastillas de altruismo moribundo agónico bloqueado estación del fracaso....

pero todo ello es solo una consecuencia de la autodestrucción. Señores, pasen y vean el espectáculo ¿alguna vez han visto a un hombre comerse su espíritu beato? Yo les sugiero que se acerquen y soporten este enorme fracaso del ser humano.... de una u otra manera tenía que serlo, siempre un hombre azul vestido de gris

¿Hay alguien allí?

¿Hay alguien que quiera hacerse cargo de mí? Para no decir que nos hacemos las víctimas... Nadie reclama amor, entonces, solo necesitamos que nos escuchen. Alguien que me haga la comida. Que me quiera de vez en cuando. Satisfacer algunos caprichos, tal vez, a cualquier hora, en el momento más inadecuado. Porque soy un viciadito, qué tristeza, estoy como loco por ese afán degenerativo de tu cariño, a expensas de tu latido; creyendo que no hay otro espacio para mi cordura llena de agujeros, como quien futurea lejanas vesanias, tu piel imaginaria, en ese tinte que mi dolor dentro, de costumbre y hondura, porque no estoy viejo, y al menos, aunque tu boca, qué lindo es llorar así. Tu sonrisa guardan las puertas del cielo. Quémame de a poco estos miedos, este tedio, esta voz. Tú tocando, yo rezando... ¿Hay alguien que me regale sus pies? ¡Estoy harto de caminar! No le veo sinsentido a esta noche que trepida, arriba las manos, esto es un beso.de dos colores,préndeme fuego, un placer, una alegría, no puedo decir nada, y ahora hace frío, el alma llora.... y nadie puede querer, no me dejes, siquiera una oportunidad, no me vayas a dejar en este hielo, te invito a pasar por mi casa, a tomarnos un café o recontar las luces de la ciudad, no te vayas a sublevar, hay que hacernos noche, no nos posterguemos, las viejas caderas, las voces y los tumores, todo hay que dejarlo, ¿Hay quien quiera servirse un café? Soy mal anfitrión, pero tengo por premisa pedirle perdón a mi madre por ser como soy. Y es que me haces sentir dios pero sin mente, sin religión, infantil huraño, ambar, tus ojos repentinos, esta cortesía de hacerte presente, al menos para dedicarte a borrar mi derrota con tus ojos que son las nostalgias del mundo. 

Reescritura de una locura

¿Cómo me llamo? Bueno, depende del clima, a veces me llamo por teléfono, otras a gritos. El caso es que siempre ando solo. Antes solía ser marino en un submarino, pero como solía dormir con la ventana abierta, me botaron. Desde entonces me dedico a docencia y a la indecencia. Y han de saber que yo, Albertino Ámbar, soy gemelo, pero mi hermano se murió cuando recién nacimos. Pero luego se supo queel que murió no era mi hermano gemelo. El que murió había sido yo. Desde entonces mi mamá anda muy triste y muy culpable, pues cuando yo nací ella no estaba en casa. Sino que había una tía que andaba de viista, y ella fue la que me atendió. Desde entonces no sé si soy hijo de mi tía o sobrino de mi mamá. Y mi tía ahora vende pepinos en Viena. Y aunque a nadie le importe, ella se esfuerza. Y aunque ya no sé de ella ni de su pobreza, sé que al menos mi hermano sospecha que aun estoy muerto. Y que estoy solo. Pero, claro, unos somos tristes por naturaleza, pero otros son diabéticos por herencia. Y eso que yo no digo que soy poeta porque no lo soy, en cambio me gusta la reescritura del discurso, y la gente siempre habla por hablar, o sea como que hablan al cuadrado, o lo que es lo mismo hablan porque tiene boca, y son malintencionados cuando hablan y son hablados cuando malintencionan. Si vas para Chorrillos, déjame un alhelí por el malecón que solía ser mi fantasma favorito. Es que han de saber que yo calzo 39, pero uso 42, porque el de 39 me aprieta mucho. Y acabo de inventar un método perfecto para combatir el frío: el calor de mis abrazos. Y ahora quiero trabajar de astronauta. Y todo acaba feliz. Porque hablando se entiende la gente, pero es mejor cuando hay una guillotina al lado. Yo una vez fui al cine. Pero siempre ando solo. Y eso que hay gente que nacieron para contar historias, y hay otras que nacieron a mediados de mayo como yo. Por eso estoy tan solo. Tengo una novia, con lentes y aparatos; no les puedo decir más porque no la conozco personalmente, pero me dio una hermosa hija que de grande va ser adulta. Y este corazón es mío, y tuyo también. Por eso ando muerto y ando solo.

Lumen

Esto es como una síncresis, cuando juego a la belleza entre tu luz y mi oscuridad. Porque nos alimentamos de sustancias psicotrópicas. Las memorias de mis células piensan en tu encuentro, mucho antes de haber nacido el amor, algo cubierto de grietas, por donde tu quietud y mis aneurismas, se muestran eternidad, porque llegamos a una etapa donde se parten las cosas. Y tus ojos se alimentan de mis líneas. Mientras que yo me alimento de los ríos que pasean por tu cuerpo transparente. Me muero de densidad. Y a ti el Sol ya no te consuma. Prefiero que no me mires, para que no me confundas con mis deseos... Por una abertura en el alma, se va mi velocidad. Tus movimientos posesionan mis latitudes cantando y cambiando mis cronogramas por ver si me quedo varado en tu playa en tu memoria de muerte y sonrío. Tengo el día mostrado, ofrecido a tu eternidad, por siempre, pero claro, siempre se puede volver a tus orillas, depende del día de mi muerte y de mi resurrección porque sé que tú estás detrás, esperando en cualquier estación del año, cantando y pensando... ammmmm ammmmm... tuyo mi tiempo tuya mi rebeldía, tuya mi garganta tuya mi proyección. Escúchame. Tu capricho se cuela en mi vocación. Soy el avión que te llevará a todos lados. Escúchame. Llévame del tiempo me resfrío de tu adiós. Si me quedo en el aire, disperso, yo puedo ser un hombre de noche y de día una maltratada mujer. Oh, mi cabeza está llena de bichos. Si llegamos al final ¿quién me mimará? No tengo parejas, mucho menos relaciones. No tengo madre, mucho menos reloj. Quizá un día de estos, Escúchame. Soy un buen proveedor. Pero también me gusta la Luna. Puedo ser un soldado. Y pelear contigo, cuando me sienta loco. Por el momento lo que busco es un estancia. Soy un viciadito, qué tristeza no ser para ti. Supongo que verte como mi sombra es un problema de temperaturas. Perdón por darte un lugar en mi necesidad de necesitarte más. Por fuera estoy entero, por dentro estoy hecho pedacitos. Qué tristeza no poder salir a tu encuentro. Pero es que me arrancaron las alas, y ahora estoy con la vida que me duele. Porque no me da miedo la muerte, me da más miedo la vida. Te doy cualquier cosa, menos lástima, pero llévame por tu tristeza, a ver si superamos tu camino y el mío.

martes, 25 de noviembre de 2014

Radiografía de un idiota


Espero que tus ojos drenen mi alma podrida, que limpies mis manantiales de apagones e ignorancias. Soy todo tullido, incompetente sexual, retrasados para el amor, un tanto idiota cuando diserto sobre la vida y lo que atesoran tus piernas. Tengo lamentos y estoy emasculado, no hay droga mejor que despertarte, nacida en mis manos, crecida en mi mente, toda fina, con tus grandes ojos regaliz, tu boca como aeropuerto, mi linda pluma, lo único que puedo rescatar de mi.
Todo lo demás, soy mediocre, me alimento de oscuridad, disparo contra el mundo versos que este ignora, versos que se quedan atrapados en el barro y vuelven hacia mí como boomerang. Soy mal pensado y estoy herido.Soy portador de mis toneladas de ruidos, raquítico de luz, fracaso de novio, pienso mejor en la memoria, en el humor hecho mierda, la poesía que me deslumbra, la mierda que se hace mía, pero te la comparto.
Soy un tipo infantil, lleno de niños esquizofrénicos, todos sangrantes, todos infelices, y yo que soy un imbécil, solo construyo madrigueras ruinas, todos los días de mi puta vida, atiborrado de rechazos, sin un alma que caliente mi cuerpo, o un beso que me derrita la distancia, me lleno de gusanos rojos, todo idiotizado por tu desnudez, eso soy un tarado que se regodea en su tristeza, alguien que espera en la cola a que la chica de adelante, la que reparte besos y pan, camine hasta mí y me haga el amor como la otra noche, mientras dormía en un basurero y ella me sacó para darme un baño de ternura y luego largarse en mitad de mi noche explícita, la cual decoré de estrellas para recibir su desnudez... Pero ella se fue, dejándome borracho y sin sueño. 
Los perros huelen mis heridas. Y la otra noche cuando estuve con una mujer, esa mujer que regalaba besos y abrazos, como una muñeca caliente, y tuvimos sexo en el tugurio más triste de mi cabeza. Porque al fin ha salido, muy pronto se casa y extraña a su galán. Y yo la tengo entre mis delirios. Desde que la soledad puebla mi alma, es pues más recurrente matarme de vez en cuando para explotar dentro de su corazón. Soy un tipo de esos que no se recomiendan a nadie, porque soy malo hasta decir muérete, mierda; soy feo, soy soltero, ávido de un cuerpo que recicle todo esta manía de intentar ser querido, soy inteligente, casi un genio, soberbia aparte, pues mis dedos tienen cangrena lo mismo que el corte que tengo en el alma. Soy un fracasado lleno de vejez. Y muy pronto cuando no haya sexo en el mundo seré ese mismo emasculado, que no sabe exactamente las palabras necesarias para que tú vayas a la cama con él a intercambiar pasiones por fluidos, a decidir juntarse por fechas, tan llenos de frío, pero uno en el cuerpo del otro, haciendo del corazón y la verguenza, lluvia. Y yo solo quiero hacerte el amor, pero acabo de recordar que estoy como muerto y podrido y soy solo un fantasma mediocre que suplica que su alma descanse, y está tan jodido que no tiene ni una puta tumba ni una puta casa donde ir a molestar, por eso anda jode y jode con sus recuerdos de leopardo, cuando el sexo y el amor todavía eran uno, antes de descubrir su corazón de rana....

Las musas

Dame de tu cuerpo, corazón, porque me patinan las ideas por la cabeza, tú sabes, hacen mucho ruido aquí arriba.
Tampoco hay musas que usen medias negras.
Solo el dolor con que lavo mis pies.
Estoy perdido en una tormenta derramada en el mantel,
porque tu boca no nombra ya el silencio.
Fúndeme de ganas, cariño, porque he perdido la orientación y ya no escucho el susurro que hace el zatrix invadiendo mi sangre.
Ya para qué las musas, si son todas gallinas, lentas, llenas de humanidad,
un poco sombrías, son sencillas y ya no entienden de Literatura.
De milagro se tumban en aviones de sospecha,
su forma de mirar, como si buscaran un personaje en un pecho estrecho.
Y así salvan la especie, sin remedios y con locuras,
y mis ojos que no soportan tu claridad.
Mi buen destino, cariño, es fumarte, como si tomara el Sol
en una avenida llena de sangre, y tú no reconoces
a este infeliz que puebla tus lunas de ley de pastillas
conmigo no te puedes perder:
deberíamos acostarnos más seguido, quizá romper sillas
pintar el cielo de crudo y salvar las calles, o recrear latitudes
por ejemplo la sal de tu cuerpo cerca al mío
cuando disfrutábamos del sexo y la erotomanía.
Las cosas pasan porque sí, las musas pasan por nada,
si bien siempre diste vuelta por mi cabeza, en cosa de minutos, casi como un rayo que teme, te hiciste sombría, taciturna y lenta.
Entonces perder la vida es una apuesta lenta, porque no nos pertenece
una vez que nos hemos decidido optar por el contacto corporal
en vez de alimentarnos de canciones en llamas y cuervos amenazantes.
Dame de tu alma, cariño, que tengo sed
y no hay silencio mejor que tus pantanos y tus piernas apuntando al cielo.

Electricidad y fulgor

Es como si nuestras almas hubieran sido programadas para encontrarse desde hace mucho. Y es por eso que mis lágrimas ya no inquietan color. Es una tarde liviana, enferma de olvido, que se rezaga en tu juego, mientras mi infelicidad ya no hace barullo dentro de tu historia bifurcada. Tengo memoria, pero no lo hago bien. En cambio quisiera pertenecerte, como gemido o ínfima dosis terrorífica. Pero tú no eres de este mundo. Hace ya buen rato que te marchaste, tan martín, con ojeras en vez de pies, y un tren sin enfermedades. Para ti solo tengo este "te voy a esperar un tiempo". Porque mi fantasía es otra oportunidad, lejana lejana, que yo atesoro en los resquicios de mi teatro. No hay redivivos, solo esta ficción que yo construyo con tu boca de miel, que me habita desde la ilusión misma, donde tu sombra me permite beber el cáncer que consume mis caricias: así te espero, lleno de locuras y deseos, en este vacío de barro y sangre podrida, lleno de moscas, paseando mis tripas frente a tu recuerdo y silbado tu canción. Cuando decidas darme un sí, mi querida feminista, avísame con antelación para limpiar mis manos y asear mi habitación, porque quizá sea bueno hacerte el amor no una sola vez, sino todos los días de los que nos reste en esta unión. Y yo puedo ser tierno si quieres, pero también puedo limpiar tu tiempo y tallarte un sonrisa cada mañana. Pero, de hecho, me gustaría mejor aprender a medirte la espalda a besos. Y contar los segundos antes de que implosiones de súbita y llena de especulaciones, sobre esta mente que se marchita pensando en tu feminismo y la poesía peruana del siglo XX. Quisiera asir a través del apetito sexual tu espíritu libre y hacer de él un maquillaje para mis fantasías o la prístina génesis para lo que, luego de haber navegado por tu cuerpo de estrellas, escriba lleno de nostalgias y sin glorias

Bicho

Dentro de mi cabeza hay un bicho que pide que me prepare para devorar vidrios rotos, palabras de amor que no son para mí, días tristes y cansinos. Zumba y da vueltas, me da órdenes, me dice que te quiera, que te odie, que te deje, que me vaya, que me reproduzca, y luego me mate. Me pide silencio, me pide cuerpo, me pide algodón, me pide tolerancia a la luz. Me pide que busque compañía,en el cielo, en el infierno, en el fondo de tu plato. Me pide culpa, me pide tiempo, me pide lejos, me quiere cerca, me tiene atado, sin control, me lleva a la Luna, me trae de regreso, me colma de fatigas, me quita las uñas, me roba las introversiones. Me pide que recupere un bosque para mis brazos, me pide sexo, sin compromiso y a toda hora, me pide un futuro, un reloj cualquiera, la palabra empeñada, un camino distinto al tuyo; me pide alcohol, me pide sentimientos, me pide rencor, que me lamente, que me obstine, que me calle, que encuentre al fin un lugar tranquilo para mis divagaciones, tal vez las piernas enterradas de una musa llena de escalofríos, si acaso su sonrisa aplaca el zumbido de ese bicho, que suena tan parecido al latido de la soledad

Eso

dejo de hacer palabras, DE FABRICARTE SÁBANAS Y RONDARME FANTOCHE A TU LADO, PORQUE DEBAJO DE TU CUERPO, OTRO CUERPO, un tanto solidario y placiente de interrogativos, me ofrece su útero para frenar la psicosis que tu indiferencia -y mi hostil mentalidad, claro- presupuso en este asedio de mi cercanía a tu amor tan martín tan paz. yo me quedo en silencio, inventando literatuya hasta la hora que el mar decida arrastrarme de silencios y pilotos, lejo lejos de tu boca lejos lejos de tus brazos: yo soy tu calamidad, pero me gustas, qué le haces, pues, vivamos con eso.

negarte

aves que ladran tus olvidos en un camino sin ruinas mientras te sueño así tu cuerpo que se eriza al contacto del mío lleno de prozac tu mirada que empieza a derretirme cerca del precipicio y el místico control de tu boca en mi pecho para hurgar los negocios así de simples qué dificil es negar que te necesito que la noche es corta y el granizo de tu histeria es más doliente que mi sonrisa de idiota pero negar que he crecido desde tus senos hasta las orillas blancas de tus ojos llenos de misterio y música de paraíso y ucronías soy solo una extensión de tu piel porque tú lo acaparas todo te haces dueña de la habitación las velas y el goce diáfano de una luz que se irrita de no tenerla de mí que mi irrito por el por fin hecho lenguaje la demostración que la eternidad es más tuya que mía porque tus piernas son el secreto de la inmortalidad y si te vas ahora no te olvides cerrar la puerta no quiero dejar entrar al mostruo que ha de devorarse mi cerebro y mis venas disolutas llenas de cólicos y asuntos que lastimana tan solo déjame anarquista retozando entre tu corazón y tu ausencia aunque tarde más en olvidarte que lo que tardé en conocerte....

Primera crónica


Acechan los supermercados con sus promociones que muerden el bolsillo. Las calles huelen a humo y ferias. El cielo ya no se ve tan límpido. El mar es un triángulo desde mi azotea. El hombre posmo ha dclarado la guerra a la verdad, al relato, al discurso. Se bombardea de noche, las bombas expelen huesos y abren tentáculos para abrasarlos a todos con su memoria de insulto y expansión. Se desmoronan los edificions, se caen bloque a bloque....
Eso sucede allá afuera.
En mi búnker de magma y pastillas yo estoy protegido. Afuera me aterra. Aquí me muero. Afuera están seres irracionales llenos de odio, envidia y daño. Aquí puedo acariciar libros como si acaricia tu piel. Y es por eso que las mujeres huyen de mí. A veces soy un hombre posmo y deconstruyo los trenes que llevan de regreso a casa. Solo tengo una líena que me afea las manos al momento de escribir.

"no hay fracaso más rotundo que haberse venido al mundo para aburrirse y nada más"

Aquí

Aquí, despacito, incierto delirio,
colmados de ayes y de almas que no son mías.
Posé sobre tus pestañas aladas
mis ojos de claveles y risueños colores,
Puse el alma en cada palabra,
una misma tendencia de autodestrucción que se derrite,
y el peso de tu silencio como tormenta de mundo,
Se cae la noche,
y en ella me hundo, respiro por costumbre
pero la compañía me dice no.
El tiempo se posa en tu inquietud
pero solo tengo rotos los labios
y un kilo de melancolías que colman mis pretensiones.
No soy perfecto. Soy viento y pecho.
Ni siquiera pude asirte en tres tiempos,
y ya no me quedan intentos de resurgir.
Como galope de inocentes ruidos,
te llevo por mis pasadizos.
No quise disgustarte, pero tampoco aspiro llegar a viejo.
Pero estoy feliz de compartir el planeta con tu recuerdo,
aunque eso implique que mi vida sea
un largo efluvio de tristeza y anonimato.
No podrán quererte como yo,
pero así soy: no importa hacia qué dirección mire
tus ojos deciden mi pequeña herida.
Hoy maté a una mujer que conocí.

Se creía Dios

La inocencia es tan delicada como el vidrio.
La combustión del viaje es la explicación de tu crueldad,
de tu mirada tan sórdida de vida
en el atardecer bañada de enemigos invisibles.
Acerca de la muerte no puedo decir nada aterrador,
nos llega todos y a todos se los lleva
pero antes de yo irme, quisiera despedirme de tus ojos dorados.
¿Habrá atrás una nueva vida o un silencio en la cabeza?
Quisiera florecer como el sueño de tus pies en ventura
Pero solo soy un inútil que anda, lastimándose en cada esquina
que se computa universal, pero es solo un abrazo perdido
rastrojos de nación, que ya no tiene edad para el amor
y para quedar loco a penas si le quedan un par de años más.
Quizá al morir en verdad pueda despertar
y esté a tu lado y todo esto que he sentido en tu ausencia
sea solo una terrible pesadilla producto de la risperidona
Quizá al abrir los ojos tu sonrisa que me hace bien
me dé la bienvenida y por fin mi alma tenga algo de valor.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Aracelly

Hay cierto erotismo en tus palabras, en cómo son pronunciadas,
en tus silencios, en cómo son marcados,
bajo este techo lleno de humo y sinsabores.
en dejarnos algún día, con tu compañía
en repliegue de libros y solapas, o tus ojos llenos de poesía,
el viento que te acaricia, tu mirada perdida
hacedora de despegos y enojos, como si no miraran
y un verso que se corroe en este bar lacrimoso donde
tu presencia es una navaja que me escinde
tu presencia es una palpitación, corazón de rana,
no silencies el recorrido porque se hace menos misterioso
no intentes deificar tu erotismo porque es singular
pero puedes requerir un tañer nebuloso, si acaso
un día te falta un hombro donde apoyar
tus silencios tu erotismo mi compañía.
Es que a veces se dice más en el silencio
que cuando las palabras aterrizan en el corazón de una rana.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Puedo

Puedo confiarte mis pecados, jugar con tus dedos, borrar tu aséptica sonrisa.
Puedo violar tu mente, hacer de ti mi tributo, mi piel, mi antibiótico
hacer de tu sonrisa un juguete para tus niños...
puedo acatar las prolongaciones eufemísticas de tu feminismo
incluso puedo formar parte de tus partituras de bohemia,
apurar mi sonrisa para que conjugue con tu baile,
neutralizar mi sentidos para que no se olviden del contacto efluvio
de tu piel que reviste el calcio de mis huesos
o la infinita tortura de mis venas cortadas al azar
para que sobre ti la lluvia haga un nido, en tus ojos una nube
y en tu nariz tan temprano tan perfecta una irisdicente espuma,
Puedo sacrificar mis vidas, traficar con mis suicidios
incluso puedo acusarme por tus homicidios,
de aquellos singulares que quisieron pluralizarse a tu lado
y solo consigueron la quietud apretada de tu pecho lóngevo
de un ataúd lleno de arritmias y rústicas maneras de mundo.
Puedo olvidarme del pasado, interrumpir mi presente
futurear con tus hijos crispados y occidentales
Puedo inventarte un nombre, una excusa, jugar a que hoy no te quiero
hacer de mí una marioneta para que sonrías
tras dejar los cadávares en el foso común de la angustia.
Podría morir por ti.... De un infarto, de un golpe, de un suicidio
de una pena, de un huracán, de una lágrima.
Pero prefiero senitr que el planeta te pertenece
prefiero sentirme impertinente en tu campo de lluvias
en tu glacial sentimiento tu indiferencia
podrime bajo tu N y sembrar mi casa en tu O
tragarme toda la frustración del mundo, perpetuar el crimen
Puedo hacer todo eso, pero prefiero censurarme poeta
saber que como tú no hay otra
y que compartes el planeta con esta alma indecente
que un día tal vez tú quieras entender como Sujeto de tu amor.
Tú eres un reloj que detuvo mis partituras: Yo solo soy un desabrido lector de tu lenguaje corporal. Si me agacho es solo para mirar tus pies y explicar mi curación con tu sonrisa de mundo. ¿No tienes algo más que un NO? Puedes negarme el Sol o puedes negarme las cicatrices. Pero siempre tiemblo cuando quiero abrazarte, porque ya no me atrevo a contactar tus direcciones de sinfín y desamor posible: es que es soy, un borderline, suicida que sueña con quererte solo a ti y que tú lo quieras; que te trajo al mundo en un rapto de luz. Y ahora debes andar sola, porque mis uñas sangran. Y la tarde se llena de espejos y mendigos. Y yo estoy lleno de ternura, de licor y de muerte en los brazos. Sobre todo ternura. Pero no tengo a quién dársela, porque acabo de mojarme las alas y te quiero y te quiero, amor mío, pero la luz del día me hace lirio de ceniza, así nunca podré recorrer tu silencio oscuro, ni llegar a palpitar tu cintura de valse y vino. Porque nos iniciamos en la bohemia y tú tienes los labios más rojos que no he probado. Solo tengo el ensueño y las orejas de océano. Mis pétalos que son tu boca, pero no te atreves a tocar mi alma, por miedo a ensuciarte. Qué importa: Yo sé de tu No, y quiero amor mío amor mío, dejar pulcra mi poesía porque es lo que más te mereces, un te quiero siempre. Un abrazo para toda la noche. Y mis ojos que de llorarte se mueren como aves desleales. Te quiero, me gustas, amor mio, y ni siquiera mi estado de gravidez de rumor podrá sostener está poética del desencanto, que es encontrarte vacía lejana sin ganas de estar a mi lado la eternidad que nos depara.

Quiéreme

No hace falta morir por el filtro o la aguja
para entender que tu NO es una temporada ilógica
el animal incierto se descabella por hacerte entender
que no es ternura lo que desborda, sino simpleza
la simple y silenciosa razón que tu boca de fuego
puede remitir al heptágono disforme de mis ojos
pentrando ahitos los vericuetos de tu mente
por si te haces un espacio entre el entorno y tu Yo
o mis celos cuando otro parece en tu indecible locura
mi poesía no madura pero es para ti
aunque no lo quieras la familia que pienso provienen de tus lindos ojos
la nostalgia que remontan a un bar donde tú bebes
y yo solo hablo disparates frente al Dios de la soledad
es tu cuerpo lleno de anticuerpos para un albertino lleno de sangre
de profesión multicolor de artista ternura
que es lo que menos buscas aunque haya otro paracido a tu Yo
en vez tengo claro la garganta irritada de llamarte por tu locura
o la voz que fluctúa entre tu no señor no quiero nada contigo
y mi personalidad acrispada por tus fuentes halógenas
de poesía mucho antes de ser un día para nosotros
el hijo que tenemos y los deseos de un universo dispar
donde tú seas el centro y yo tan solo el amable albertino
que pegó un alarido por hacerte brotar de la niebla
No me subestimes reina, aunque cuartel para dos
y si a ti no te interesa esta boca fría ni estos dedos de promoción
habrán un par de psicópatas alla afuera
esperando aniquilar esta alma corrupta por tu voz
que se regodea de hacerte sentir enojada
frente a un vino frente a un Dios frente a mis ojos
que al compás de los tuyos están hechos
de un mejor propano
porque el mío tiende al subsuelo indómito vaivén
el tuyo a la eternidad, donde solo es incierta tu voz por un segundo de sueño
y mis dedos cortados con agujas por un segudno en tu cuerpo
y el eterno peso de tu mirada
que jamás me mirarán con otros ojos
¡vamos! Ya estoy acostumbrado al NO
nadie diferencia lo escencial de lo poético
pero tú sí y además necesitas de mis ojos
para portar ensueño tu ego que desumbra y la voz
tuya que entumece mis sentidos cuando te pido
casi de rodillas quiéreme como yo te quiero

jueves, 23 de octubre de 2014

Poema que no entenderás

Resucité en el instante previo a ser llevado como jueves por el tiempo
cuando tu boca se hacía alternativa de vida
y mis ojos se llenaron de agujeros de realidad
como rutas de escape por tus ojos electrizantes que recorren
torrentes sanguíneos y anhelos de una vida futureada
al sinfín de algún día cuando no seamos polvo
pero seamos lienzo en la mente de algún cantor
y nuestras almas versificadas
mientras tú bailas un adiós para nosotros
y yo me entretengo mirando siempre tus pies de plomo
esos pies altivos celestes y perdidos
llenos de sueños sin dueño y con aspecto áspero
Me pareces tan natural como un instante blando
más finita que un pista de baile
y yo elucubro el año que te consume
porque soy tan torpe que no tengo futuro
y si bebo indirectamente soy clandestino
y de esta forma compuesto de viento y pasajero
me arrebato de lluvias con mis maletas colmadas de cariño
y entro a una habitación conveniente
donde solo es real el impacto uniforme
de tu deferencia por mi talento cuestionable
aunque por ti haga cualquier cosa como posarme
en tus ojos de írrito dorado de imposible justicia
porque no hay justica para el que sueña contigo
pero está tan lejos tan lejos como una herida del pasado
y que siempre escribirá crípticamente para ti
para tus ojos que son los ojos del mundo
y para esto que me toca de tus dedos de tu fantasía
de mi verbalizar las emociones que me brotan desde tu pecho....

martes, 12 de agosto de 2014

Corriente

Reverberas cual noche llena de fatigas, en tus rojos revientes; este perro te sueña, que tu boca se haga burbuja al tacto infértil de su nudo al minuto de luz, un poco de luz para siempre, de tus ojos, que me traen o me echan, porque pierda el color, la vida, el sueño, el amor, y es que no pensé hallarte así de ajena, tan distinta, como estrella en mi pulgar o mi pupila, limitada por apenas el cine y los enamoramientos, las bocas y el sexo ufano, las noches ancladas al limítrofe placer de la muerte, estamos obsesionados es cierto, pero el tiempo es corto, y mi vida languidece, y tuve que encontrarla esta noche, tan rodeada de cuerdas e intenciones; la pasión me envilece, tan solo un beso, o que tu mano imagine mis venas en sus ríos, su respiración de asma y predicación, yo lleno de talento para el fracaso, estoy de pie, porque tú, pasas al centro de mi vivienda, a ser en seguida el centro de mi diluvio universal y por correspondencia somos tacto que se avecina o tiempo que aterriza, y tú que serás de él.

sábado, 9 de agosto de 2014

PISCOTRÓPICOS


Sibila, muñequeada y con fuego en los dedos, recortada de la memoria, enciende un fallo ("pal frío", dice), pero esta vez también se le quema mal.

<<Viste traje naranja, toda adulta ella, con labios de bebé, independiente se dice -yo pienso más bien necesaria-, y presta su voz a mis demonios, elucubra un buen armadito, lo lleva a su boca y aspira hondo, como si quisiera quemar también sus pulmones llenos de motín.>>

Allá atrás transitan las almas ajenas de los enfermeros. Aquí todo es redondo: la luna el parque sus ojos la mota su boca los besos la muerte el zatrix el frío la pena. 
Aquí todo es silvestre y rojo. El destino nos fundió en un solo abrazo, lento como como cuando consumes tu hierba ("a falta de papel, tenemos cartas").

Y aquí todo apesumbrado, fumando mi pena con una chica que apenas si conozco, intuyo su nombre, pero estoy demasiado en otro mundo para verbalizarlo, a penas si la simbiosis ha empezado, su cuerpecito delgado sostiene el cigarro, de su boquita encorvada se escapa el humo pesado, como si fuera su alma enfadada, la polvora del adiós se enciende, su rostro ardiente, su mirada transeúnte... La luz que llega de afuera.

Escápate conmigo, me dijo. Y yo. Dónde estamos pues. Aquí, quietecitos, abducidos por el día a día, sobreponiendo miserias a ver quién la tiene más torcida. Beso a beso, contaminando la tierra con nuestra existencia. Sí, somos dos fantoches, clandestinos, poesídos simétricamente por las horas y el empuje vertical, la piramide se levanta, aquí, pues, aquí los espero, malditos, aquí tengo cargada mi pistola de magias, Y tú desfalleces, dices cualquier cosa, mientras alzas vuelo: efectivamente, eras un ángel, y fui tan tonto de no darme cuenta. Allá te veo, espero, volvamos a nacer, yo busco la cura, y tú buscas la salida, ¿y la hierba que queda? Ya vendrá otro loco a fumar pantanos, nosotros de aquí nos largamos ahora mismo.

NO TIENES REMEDIO

Tiempo son tus dedos rasgando el cielo, tu cósmico abrazo, que se repite y repite, o la prefigura de tu insana vocación. 
Urge una caricia de sueño. 

Tus dedos que tientan locura, tus orgásmicos abrazos que son espectros en el bosque, tu piel que ya no te cubre, las tardes que ahora se hacen notas musicales. 

El alma que nos queda chica, la soledad, el vacío, los exs: el tiempo se me hace esquizoide y oculto.

Vienes otra vez, atenta, premeditada, cuidado con tus curvas, a fomentar boca en mi terreno siniestro. Yo no pido que te acerques, tú sola abres las alas. ¿A qué te acercas?, si es una noche de tantas. La algarabía, luego la religión.

Un poco de muerte, una muerte lenta y segura, los años que nos prometimos. El para siempre que es solo una semana. Ya estuve preso tres veces. Y todas esas lágrimas las cambiaría por otra semana empeñado en hurgar por tu cuerpo el oro y las armas. En descubrir en ti el secreto de las ventanas o la indiscresión de tu boca que promete salvación, y mi vientre henchido de llanto e intestinos.

Te extraño hasta que me duele o me salen llagas en los dedos, o la piel se me irrita de tan luz, o el tiempo deja su típico sentimentalismo de degenaración.

Navego por tus ojos y solo encuentro versos, solo encuentro cuervos martillados, y sus graznidos me recuerdan tu reloj improviso, su carga de fuego, los labios que te besaron en otros tiempos, cuando yo aún tramitaba mi libertad y mi romanticismo.
Urge una caricia existencial

que vengan de tus dedos largos o tu vista de lluvia y sensaciones
que me devuelva la voz o me mate en el intento, ahora no me reconozco
que me destruya a la vez que te alejas, porque se me cae el cielo, ya no tengo alas, solo diáfanas promesas que tentaron tu sonrisa.

Soy un caso perdido. Pero tú eres como lluvia que me sobrecoje y me llena de vida. Y ahora yo tan solo. Y tú tan espaciada.Y yo sin remedio, y tú sin curas.

NADIE ENTENDERÁ


Otra vez vienes apestando a...; pero, madre, no he fumado nada, son solos rojas termitas que el viento me trajo. ¡Carajo, una vez más con eso!, tendré que lanzarte granadas. Otra vez, alucinado, tiemblo en casa, nadie lidera la revuelta esta vez, son solo místicos presagios de tus tentáculos carmines, con sabores dípticos. 
Y lloré lloré lloré. 
Se acaba la ganya pues. Hijo de puta, cómo te atreves venir a casa así: Por suerte este hogar es cristiano. Tus ojos marihuanos, pues. Convence al corazón de olvidar. ¡Dejar de llorar marica! Tendrás que ir a terapia. Y es miércoles. Mal día para terminar... (Llámame, Isabella, siento que voy a morir).
Eres cansino, ¿sabes? No solo hueles a hierba, ¡también apestas a melancolía! Así no te curarás pues. Mejor me largo con otro. ¡Si vuelves a casa así, tu madre se morirá de un disgusto! Ya estoy harta!!! Llamaré a tu padre. No vayas a dejar tus terapias, ¿sí? (Isabella tenía unos ojos enormes que me volvían loco, fácilmente recorrían cromosomas, de su piel de letargo y hambruna.) 
Otra vez solo. 
Es suficiente!!! Te largas de la casa ahora mismo!!! Pero no he fumado!! No estoy loca. Pero por si acaso no vayas a dejar tus terapias... ¿Has intentado con otras? 
Soy un caso perdido. 
Quisiera viajar al espacio. Reconstruirte. No soy tu curadora. Para eso vas al médico, ¿no? Qué mierda eres, ¿sabes? Ya me harte de todo esto. Me largo con otro. El sexo no nos hace novios. Nos hace cómplices. Toma tu corazón. Yo me largo. Mejor busca-un-alma-que-te-pueda-curar.
Hueles a hierba, ¿otra vez? Pensé que... (Isabella tenía dedos finos). Pensé que... te habías muerto. Si te alejas, aléjate bien... No eres el único. Yo creo en el matrimonio, pero no así. (Isabella me dio la noche más eterna de mi vida). Estabas tan rojo. Fuiste un milagro. Carajo, ahora mismo te internamos. Pero si no he fumado. Tengo en la cabeza todos estos monstruos. (No estoy bien, doctora. Isabella me dejó algo tatuado, ¿me haría el favor de leérmelo?) Ah, sí, dice (soy un caso perdido) no dejes tus terapias. (Isabella volverá). Carajo, una vez más y te golpeo. ¡Es frugos! ¡Es frugos! Qué inútil eres para la sociedad. Ya me hartaste, me largo con otro. Debí intuirlo. Solo hago mierda lo que toco. Y yo toqué su alma.
(Isabella me vigilaba al dormir, pero ya no volverá)

miércoles, 6 de agosto de 2014

Boda

Dignidad aparte, por esos mismos senderos, con esas mismas piedras, casi por rutina casi por alter ego, quiero muy de vez en cuando volver a quemarme y vibrar con tu fuego interior. Y que entiedas que soy el chico bueno que dejaste ir, y que ahora se hizo chico malo para poder vengarse en secreto. Tú sabes. Y Dios también, solo que Él sabe guardar secretos. Yo, en cambio, solo sé dibujar y reprimir tu búsqueda en mi memoria. No sé, quizá Dios me perdone tantas y tontas fallidas incursiones, pero tus piernas largas y mías, porque aún y aun, intentan traerte hasta mi tumba. Y eso que aún no muero, pero cuánto quisiera, si es por el fuego que te enciende y me enciende al contacto, otra vez. Entonces, tomarte por el alma, como si te cogiera de las orejas, no es mala idea. Yo soy el desayuno y tú eres la cliente. Mi venganza entonces te va dar risa, o todo lo contrario, ya cambié de domicilio para evitar las gillotinas notariales. No tengo pulmones, pero tengo poesía. Tú solo tienes tiempo, y una boda por recitar

martes, 5 de agosto de 2014

Elección

La noche es un peatón que recorre tus calles llenecitas de sentimientos y buenas intenciones.
No vaya a decirme qué hacer ni qué sentir, con que se quedes en mi vida, para aliviarme o alterarme, o como quien dice, llevarme de la oreja a clases, y hacerme sentir esa emoción tan fuerte que yo -porque soy muy torpe- confundo con cariño verdadero, así todo se queda bien. No necesito de postulados ni aporías. Prefiero su peso en oro,el equivalente en palabras.
Puede que a veces no la mire al hablar: todavía no aprendo a ser grande bajo sus ojos, ni bajo su piel, ni a estar preso en sus abrazos. Pero infiero que con el correr de los tiempos, usted, analizando esos extraños actos fallidos y yo dejando que su mano recorra mi voz, con su comprensión de delirio y descreimiento.
Yo sé que mucha gente la ve, y piensa, "qué linda chica"; pero yo sé algo que ellos no saben: sé que detrás de su sonrisa de estudiante, y sus mecanismos de defensa (y repulsión) se encuentra una buena hija que sostiene a un padre y sus mutismo y su suicidio silente, y por ello, si me pidieran por quién dar la vida, usted sabe cuál es mi elección. Y aunque mi ritmo de vida sea algo más ligero, sin mucho boato ni restricciones ni algas en el pecho; nunca cambiaría su inteligencia por parir hijos ciegos y cansados.
Participio de tus sentidos y todo es prolongado vaivén; la ruina nos acecha, con sus cuerdas de terciotipo, y los alambiques de teatro que en tu pecho florecen.
No soy más que superbé, un tren sin pasajeros, una línea corrupta en tu boca informal. A penas si soy episodio depresivo en tu historia de hadas, y un volcán a punto de olvidar, con toditas sus hechuras rotas.
La bienvenida es siempre un zatrix en tu coctel de sangre.
Tus dedos están fluidos por granadas que fragmentan el cuerpo ajeno.
Tus ojos son cortes o tiernas pisadas sobre un desierto edípico,
Estoy a tu alcance, pero nos sobran hojas. Y la distancia es arquetipo de la verdad, Tu cuerpo es el señuelo, un pasadizo, un verbo que no se puede conjugar, la última recurrencia para este cerebro maldito, un favor, un pueblo, una mentira que debemos creer.... Un artificio, los ecos, la llamada, llegas tarde, ya nadie te espera, un templo, el frío, la noche juntos, un oscuro remordimiento,
Persisto en atropellos de vejez; aún somos tildes, palabras en desuso, unas miradas sin profundidad, que a veces se torna sueño y otras memoria.

Alivio

Tengo una semana de golpes y apenas dos noches de sueño. Y aún sigo debiéndole los asuntos de vida.
Si sigo así, tan recurrente y decaído, terminaré por perder lo poco que me queda de recuerdos y nombres.
Soy tan improvisado, que termino aburriendo a las chicas; porque vivo solo de pensamientos recurrentes, eso que ella llama obsesiones.
Cada vez que quiero naufragar busco su cuerpo. O busco sus ojos como inmensas bahías. O su voz que me acurruque el tacto y las horas.
Y ella ya sabe cómo soy. Y eso no parecía importarle. Para su pecho, eso no era problema. Pero con los días, las compulsiones la fueron agotando. Y ahora respira lejos de mí. Para recordarla, me dejé una cicatriz que todavía arde.
Y también su electricidad al acompañarme en las paranoias.
Pero ya olvidé sus horas y sus notas de madrugada. Ahora duermo más tarde, y sigo inédito en sus arenas.
Hace mucho que no me decían algo así, y no puedo más que alegrarne entre los suplicios, e intentar sentirme un gato menos.
Las voces transcurren, se hacen tópicos y vuelvo a lo mismo.
De cualquier modo, es temporada de vientos fuertes, y era cuestión de lluvia oírlo; pero prefiero que sea mi boca la que me alerte.

Tus ojos bellos y arrechos

Tus ojos tremendos, abiertos hacia el cielo, saliendo de una oscuridad beata.
Tus piernas delgadas, como salidas de un mar de hielo y cenizas.
La noche crespa. La lluvia indigente. El suelo húmedo.
La gente se aglomera, y grita la tempestad de sus mundos.
La hebilla se te cae. Tus manos me arrebatan la ansiedad.
Tus manos se hacen rayos, y dibujan en mis mejillas otra verdad.
Me alivio de tu grupo barrial. Los intestinos y la piel. El sexo resulta barato.
Todos gritan tu nombre. Y las paredes vibran.
Tú otra vez. Con los labios entreabiertos, como queriendo lamer mi miedo.
Y Dios está distante. Y a veces nos queda un poco de marihuana disidente.
Pero solo veo tus ojos grandes, que iluminan esta carretera llena de hormonas.
Y tus palabras guías.
La gente con su cámara de fotos. Y un león acechando a sus presas.
Y yo describo todo eso, porque entre la gente vas tú.
Me llamas genocida por liquidarte. Quiero tocar tu vientre.
Llevarte con el viento. Inundarte de monedas y salvaciones.
Tus ojos clavados en el corazón. Tienes ratas en la cabeza.
Una fea cicatriz que atravieza tu alma.
Y la gente te reclama, quédate un rato más, la noche recién comienza.
El tiempo nos roba la niñez, porque tú eres mi licor, y yo tan solo soy un tarado.
Pero te hundes en la noche. Y entras a ese vacío dentro de la gente, en sus corazones, como limosnas, como arquetipos de hambre.
Sin embargo, yo puedo ver, de entre toda esa gente tu rostro bello y arrecho, que me mira, llena de coquetería, tu boca que me ruega un verso. Y esta pared que nos separa.
Una composición toda podrida.
Somos un par de suicidas dialogando de néctar y quetiapina, en este muladar de locos. Yo cargo tu cruz pero tú pones los clavos.
Tus ojos se apagan. La noche también. Las enfermeras circulan. Y todo queda en desorden. Solo tu ojos arrechos y afiebrados llenos de mortalidad.

jueves, 31 de julio de 2014

En el medio

Cuando uno se hace barco, y se paraliza de rabia y voces, trata de anclar sus piedras en casa, o en muelles de emociones pasadas. Ningún barco se vuelve humo de la nada. Y ninguna cabeza que explota tiende a la reproducción en masa.
A veces me ocupo, como cirujano o difunto, de ciertos lunares y de ciertas personas, escuchando multitudes de enfermedades mentales, y elucubraciones que versan sobre el amor, principalmente, el sexo, la tristeza y la locura.
Un abrazo de cuando en cuando es redimir de locuras veniales los tentáculos de nuestra frustración.
¿Y la mirada qué?
Es entonces, un disparo que no se siente. Claro, si tienes armas a la mano. Y entonces sucede que no quieres ensuciar a nadie, mucho menos hacer que mamá limpie y limpie las paredes de prisión y azul ternura. Desembocamos pues en el cuello infinito de la tristeza y la erosión. El amor nos curará, no señores, el amor no cura, el amor da vida, el amor engendra. Lo único que puede revertir este impacto al fin, son las tribus insanas de mentes anteriores. Un día lloverá polvo, ¿dónde estará la cultura para entonces?, la sociedad no se construye a besos.
Pero un beso puedo construir un mundo, Y yo he perdido tanto. Que perder la vida en un intento no me parece una idea anterior. Si tuviera vida para malgastarla, estoy seguro que volvería sobre mi sombra a extrangular por siempre a los fantasmas que me persiguen. Seamos ciertos: cada día nos acercamos menos. Y yo aquí esperando que me devuelvas el sentido, y por qué no, que me dejes ser gato a tu lado, prometo llevar mi alma al costurero y esto es el sexo al fin y al cabo, pero es sexo que construye identidad y muerte. A eso aspiramos a ser cloroformo en las venas del otro. Y aquí huele a miseria. Y eso te hace feliz. Toma de mí lo que puedas, toma mi respiración o toma mis muertes, porque al despertar abré cambiado de identidad, y podré al fin ser tu antidepresivo o tu factura por pagar.
Y tu luz que limpia mis heridas con silencios y estas ganas de destruirlo todo porque no sé verbalizar los apagones de tu realidad, ni tendencias suicidas, y eso que tú y yo entramos por la puerta falsa, pero yo salgo con un arma y esta pena que es envejecer sin ti, porque todo algún día se acaba, incluso la locura y las palabras.

Nuestros muertos

Todos nuestros muertos buscan lo mismo: alguien quien los cure.
Y da igual si fuese un roble o la peor manzana, uno nunca se pregunta por las mentiras que nos hacen soñar; es simple:la realidad es siempre tan brusca.
Y así avanzamos por este riachuelo de días alternados (y afiebrados, también), navegando en comparsa por tu memoria inundada de manos secas y cercanías.
Con una quetiapina ruidosa en el zapato, tu memoria me abre la intolerancia de misterio y equipos de consuelo para deprimidos.
Mejor es que me traiciones con mil hombres o un sueño, a que me dejes morir un segundo más por tus labios tapizados de flores y vacío.
Yo no tengo nada que ofertar: solo estos ojos y estas obsesiones.
Mis tiempos han pasado: solo soy un pedazo de lengua, que tiene tanto barro en la mente.
Eres desconsuelo de los melancólicos, infierno para los obsesos; pero así, así te quiero, con tu dosis de abandono y tu destierro de plagios y sensibilidad; ciegos tus ojos, no encuentras explicación para la emoción de sentir mi mano gravitando en tus venas, hurgando miel en tu angosto pecho, o purgando tu mapa de olvidos, estropeo mi cabeza tan llena de alienígenas y buenas intenciones.
Te niego en cambio que respiré de tu boca el día claro. Yo buscaba qué escribir y encontré el temblor de tu pulso, tu cuerpo agitado de furia y magia de luz y vacilaciones. Te miento que me encuentro bien. Y tu cabello es la droga que más me perdió en un misterio de kilates y medicinas de liberación.
Tengo presente a todos nuestros muertos. No me encuentro bien ahora. Quizá mañana nos unamos a ellos. Y me aturda de autismo.
La metáfora de tu boca se corresponde grávidamente a este océano de besos; y yo me escondo tras mis palabras, mientras te hablo y nadie comprende la necesidad de protegerme de ustedes, los especialistas.
Es cierto, me victimizo, por eso pierdo la fe.
Y me cuido, pero me enojo. No hay salida tampoco para tus ojos enorme ni tus lágrimas provincianas. Quisiera morir una vez más enterradito y atrapado en tus brazos, enfrentarme como un cobarde a tu voz de futuro. Mi esperanza es un templo al que acostumbro ir para llorar por las almas que he enviado a la locura. No vaya ser que nos dé frío. Y este dolor de pecho, sea en realidad la muerte que se anuncia como una novedad en tu bien disgustado, porque por ti me convierto en cuerpo de otro, y en otro por descubrir o recordar desde lo que alguna vez fue un campo de batalla, donde nadie extraña a sus muertos, pero todos lloran.
Algún día volveré tras de ti a pedirte que unas con tu compañía mi cuerpo difuminado por el fuego de la experiencia. Y por fin sabré quién soy: mi búsqueda por fin habrá culminado.

miércoles, 30 de julio de 2014

Anoto tu nombre en las paredes. Y he estado recluido ya tres veces. Total a quién le importa una locura de más, que me arrastre o te busque en las estrellas. O me haga fantasma bajo tu mirada que todo lo comprende. He escrito algunas cosas en mi ausencia, pero siempre las hice tuyas, para que entre tú y yo, un nuestro corazón, que se fue marchitando como nada más, se haga letra pura, y luego reescriba tu nombre en paredes metales que se me hacen una vez más imposibles de derribar. Y te empujo, pero no caes. Y soy solo el lamento, el llanto que dejaste a la puerta de un hospital, con la esperanza de una pronta sanación, que, por supuesto, nunca llegará.
Lo Real y la realidad son tan distintas. Lo Real es todo lo que nos rodea, lo Real es lo que sucede a nuestro alrededor cada vez que miramos un nota musical bajar lenta las escaleras; lo Real es lo que nos hace viejos a cada instante y pasa y pasa y no se puede hacer nada para entretenerlos con nuestras infinitas miradas. La realidad en cambio es verbalizar ese Real. La realidad es simbolizar por el lenguaje ese Real que nos angustia tanto. Por eso, un buen poeta es aquel que puede simbolizar por el lenguaje lo Real y a la vez decir algo nuevo de ese Real, decir, por ejemplo, sus aromas, sus colores, su escencia pintoresca y necrófaga. El poeta puede hacernos sentir ese Real ya no como algo que nos trasciende, sino como un sustrato de unidad esférica que se puede intelegir mediante símbolos que podemos, dentro de nuestra humilde condición de seres mercantes, decodificar entendiendo esa simbolización que el poeta en un lenguaje nuevo nos dice.

rojo

Solo con tu cariño que se enrieda en mi huesos. Y con tus ojos que reflejan todas las puertas del mundo. Así, de colgado y perchero, volando a tu lado, a tu cabello le puse ansias. Y a tu cielo le puse color. Y a mis ojos le puse libertad, y a tu vientre le puse vida. Pero todo se hizo arena y necesidad. Y una lenta espera espera espera. Y muy pronto se cansó de jugar. Me hice sentimiento, pero la cama ya era ancha y eterna. Solo espero que recuperes todas las características que te otrogué cuando aún construía un hogar para ti, en mi vida. Y las iglesias que una vez barrimos de pecados y agonías, hoy se hacen grandes sepulturas para tus huesos entrando corruptos al cuadro mío.

Lumpen

Porque tú eres como la alegría que le faltan a mis hojas. Eres cada punto, cada coma que me olvido ponerle a mis días. Eres como un nuevo amanecer, y un silencio vaciado de melancolías. Tú eres como lo que hay debajo de mi sonrisa, la que arma todo mi teatro; eres la culpable de mis caros estados de ánimo. Mi lento despertar, mi hotel para otoño, una página del deseo interrumpido. Sin ti simplemente yo no sería aunque sea línea de tu palma, o pesado ruido que te atormenta. Mi boca es tu refugio; pero yo vivo mejor debajo de tu piel, cobijado del frío y lentamente enfermo de sensibilidad. Y aumenta mi capacidad de comerme tus penas, como un roedor enorme, que solo sabe hacerte sonreír... Soy una emoción que recuperas cuando vuelves la vista al vacío metafísico del cielo aplastante. Cuando no tengas más días cargados de electricidad y porcelana, acude a mi encuentro, que siempre guardo un beso para recibir tu cuerpo, en pleno apogeo, tú, dentro de mi pecho, dentro de mi corazón. ¿Y por qué no? Dentro de mis mundos ficcionales.

Adilosono

No eres más que lóbrega música que resuena y resuena, como cualquier otro recuerdo, en el profundo dolor de arrastrar mis dedos huérfanos de tu piel. Mis dedos siempre en busca de tu piel y tus labios, para tocarlos y hacer de ti un minuto, una sonrisa, un cielo menos tejido. Y siempre andarán buscando esas líneas que te definen y esos puntos que te hacen gravitar y esa piel de rimas y orgullo marchito. Intentando no morir por vez número veinticuatro, evitando tu alma y tu primera vez, como ángel que le grita al infierno, yo aquí te espero, decidido a agonizar, por si me encuentras antes de insitir. Y las secuelas que debes limpiar antes de quitarle el luto a mis labios, y por supuesto, a mis dedos, que fueron los primeros en notar tu ausencia y los primeros en denunciarla.
Ya lo ves, nadie da ya un verso sin pedir algo a cambio, y yo solo te tengo a ti, para defenderme de tempestades y extraterrestres, tú entiendes, fue esa vez que caí de pie y morí otra vez, ronco y acompañado de mil hermosas imágenes, me golpeé la cabeza, y no tengo más remedio que necesitar de tus terapias bien temprano por la mañana, para fingir en un mismo día, otro día huérfano de ti.

Itudem

Te extraño tanto. Quizá ya lo sepas, pero mi nostalgia tiene el color de tus ojos. Nunca te tomaste el tiempo para enseñarme cómo es estar sin ti. Entonces uno no aprende eso en libros, lo aprende en el dolor. Tu rostro es, digamos, ese tiempo que se recupera y se hace presencia en mitad de la noche. Te extraño tanto, tanto. Me haces mucha falta.A mi cabeza le falta ese tornillito que te llevaste. Y ya no quiero caerte pesado, porque sucede que yo también he muerto. Pero yo sí encontré el camino a casa; en cambio tú, tú encontraste otra casa.
Te extraño mucho....
Ya no estamos para negociar latitudes: en tu ombligo dejé unas monedas para que puedas comprarme un futuro, porque este que te hurté me vino con agujeros y de sed. Y encima tiene filo y me lastima mucho, Lo siento, quizá sea que estás tan lejos, y yo estoy tan pequeño.

Anónimo

Se me acaban de caer los dedos.
Y esta mañana, tu cuerpo, que de noche se incendiaba y horadaban mis guitarras, se apagó como se apagan tus ojos, marrones o negros, ya no los recuerdo.
Tal vez la teve, o esta mirada culpable de mi soledad presumida; o tus dedos que suben al cielo, y ahora son mis manos que se hacen ilusión, o recóndito tesoro.
Pero se me caen los huesos.
No lloro por no consumirme la vida, que es lo menos precioso que tengo.
Tengo en cambio fallidos recuerdos, y ausencias de típicas angustias que una vez requirieron de ti para hacerse blusa.
Tengo eso y esta pesadez.
Ah, y estos nervios que se me caen.
No soy no soy un cariño. No soy no soy un esclavo. No soy no soy mañana que te cubre de pulpas y corazones.
Pero quizá sí y soy todo eso, ahora que se me han caídos los músculos.
Y dentro de ti, como puente de textos vulnerados, mi fe que se marchita se hace risa o cigarro, mediodía o fiebre.
Vamos a caminar.
Ya no tengo ya no tengo tejidos, ni pestes, solo soy fuego que se eleva. Y que espera, serenamente, verter sangre en tu vientre, trozos de nada, para arropar al bebé que vive en tus lentos amaneceres, que son, de todas maneras, eso sí, la misma mañana que horadabas con tu ojos marrones o negros, ya no los recuerdo.