miércoles, 29 de octubre de 2014

Tú eres un reloj que detuvo mis partituras: Yo solo soy un desabrido lector de tu lenguaje corporal. Si me agacho es solo para mirar tus pies y explicar mi curación con tu sonrisa de mundo. ¿No tienes algo más que un NO? Puedes negarme el Sol o puedes negarme las cicatrices. Pero siempre tiemblo cuando quiero abrazarte, porque ya no me atrevo a contactar tus direcciones de sinfín y desamor posible: es que es soy, un borderline, suicida que sueña con quererte solo a ti y que tú lo quieras; que te trajo al mundo en un rapto de luz. Y ahora debes andar sola, porque mis uñas sangran. Y la tarde se llena de espejos y mendigos. Y yo estoy lleno de ternura, de licor y de muerte en los brazos. Sobre todo ternura. Pero no tengo a quién dársela, porque acabo de mojarme las alas y te quiero y te quiero, amor mío, pero la luz del día me hace lirio de ceniza, así nunca podré recorrer tu silencio oscuro, ni llegar a palpitar tu cintura de valse y vino. Porque nos iniciamos en la bohemia y tú tienes los labios más rojos que no he probado. Solo tengo el ensueño y las orejas de océano. Mis pétalos que son tu boca, pero no te atreves a tocar mi alma, por miedo a ensuciarte. Qué importa: Yo sé de tu No, y quiero amor mío amor mío, dejar pulcra mi poesía porque es lo que más te mereces, un te quiero siempre. Un abrazo para toda la noche. Y mis ojos que de llorarte se mueren como aves desleales. Te quiero, me gustas, amor mio, y ni siquiera mi estado de gravidez de rumor podrá sostener está poética del desencanto, que es encontrarte vacía lejana sin ganas de estar a mi lado la eternidad que nos depara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario