jueves, 24 de septiembre de 2015

PUTA

Desnudé mi cerebro bajo tus radiantes ojos vaciados, que acurrucaste en el fuego del horror atravesando las paredes despintadas, el tiempo que se hizo noche sin fin incomparable inmóvil, como vibraciones en los radiantes atardeceres que preceden el bullicio de la noche, la noche, la noche, por la esperma lúgubre que navega en tu zoológico, la música que baila en el hidrógeno, en el puente del cual saltaré, las salidas el incendio, léeme este susurro y esta excitación del intelecto, porque esta noche preparo el final del pavimento, donde lejos e insaciable, acaricio el cigarrillo y las cervezas y termino con mi visión del mundo que elude tu hermosa rojura, tus nalgas estriadas, la modorra de mi secretos, mi musa secreta, con tus jodidas antipatías y tus caprichos que siempre me dejaron en la pobreza, tu cuerpo desvencijado, tu sexo que huele a púrpura solipsismo y primavera erial, donde me desbasta la noche intensa con sus sórdidas películas y sus horrores, me tambaleo con mis zapatos de vapor, mientras fumo mi drama suicida, al lado de la Luna azul, toda inventada por la marihuana interestelar de tu ausencia que hoy se instala entre mi suicido y tu ausencia de urgentes piernas que tienen que recibir al mundo