martes, 5 de agosto de 2014

Participio de tus sentidos y todo es prolongado vaivén; la ruina nos acecha, con sus cuerdas de terciotipo, y los alambiques de teatro que en tu pecho florecen.
No soy más que superbé, un tren sin pasajeros, una línea corrupta en tu boca informal. A penas si soy episodio depresivo en tu historia de hadas, y un volcán a punto de olvidar, con toditas sus hechuras rotas.
La bienvenida es siempre un zatrix en tu coctel de sangre.
Tus dedos están fluidos por granadas que fragmentan el cuerpo ajeno.
Tus ojos son cortes o tiernas pisadas sobre un desierto edípico,
Estoy a tu alcance, pero nos sobran hojas. Y la distancia es arquetipo de la verdad, Tu cuerpo es el señuelo, un pasadizo, un verbo que no se puede conjugar, la última recurrencia para este cerebro maldito, un favor, un pueblo, una mentira que debemos creer.... Un artificio, los ecos, la llamada, llegas tarde, ya nadie te espera, un templo, el frío, la noche juntos, un oscuro remordimiento,
Persisto en atropellos de vejez; aún somos tildes, palabras en desuso, unas miradas sin profundidad, que a veces se torna sueño y otras memoria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario