domingo, 16 de febrero de 2014

Tus ojos...

Tus ojos son como lluvia que fueron colmando de pantanos mis pensamientos. Son como suaves histerias que dormitaban en mi tempestad. Tus ojos son el centro de la vía lactea. Son humedad y son fracaso. Son barbarie, tormento, depresión. Tus ojos que ya no me miran, pero miran atrás; tus ojos que se hacen nuestros temores, como febreros al anochecer, tus ojos tan ruines, tan dormidos; tus ojos que no son excusas, tus ojos que entran a mi mente como ruidos, como llanto, como agujas a hacer pedazos mi bienestar, como vidrios, como pánico. Tus ojos que ya no me acarician, pero que son tus ojos, los que una vez contuvieron todo el candor del mundo. Tus ojos que podían derretirme. Tus ojos que luego me volvían a hacer. Tus ojos que fueron rabia, disipación, ternura y poesía. Tus ojos que ya no son míos, pero están ciegos, que solo miran oscuridad, pero todavía me estremecen y me susurran vientos de guerra y nostalgia que yo no he pedido. Tus ojos son dos lumbres de futuro, pero lumbres de polución y autos viejos. Son dos violines que desentonan al estruendo, al vacío, al sueño. Son como dos pilares que se quiebran, que se corrompen, que no traen sucesos, pero traen dolor y traen lluvia. Tus ojos dibujan océanos. Tus ojos crearon lagunas en mi mente. Tus ojos que se hacen presente esta noche que te he venido a olvidar.

jueves, 6 de febrero de 2014

Aniversario

No pido que leas todo lo que escribo, porque hasta yo me aburro leyéndome. Y no quisiera aburrirte también con todos esos aullidos. Solo quiero que escuches esta propuesta: Otra vez recorrer juntos todo el camino recorrido. Sin obviar las páginas en blanco ni los puntos ofensivos, quisiera cada minuto volverlos a vivir. No fue una vida, tampoco fue toda un viaje, pero fueron nuestro momentos, y al menos eso, para un sentimental como yo, eso ya es bastante. Si quieres pizza o quieres cine, de cualquier forma, a mi lado, lo único que nos puede faltar es tiempo, aunque nos falte dinero. Te llevo por alma. Y mis errores y mi suerte, son cada vez más espaciados pero más repetidos. Y el camino se hace tuyo. Y yo con cada contigo, me hago más fuerte. Y por eso mismo, cuando llueve de este lado y no hay más que verde y diablos, prefiero volver la vista, ya que me quedé contigo, y esta es una decisión de la que no me arrepiento, y si no te veo, al menos ya sé cómo volverme gato.

domingo, 2 de febrero de 2014

Evocación

Fui ruido de tu propia cosecha.
Fui viento que acarició tus manos.
Fui temblor que estremeció tu pecho.
Me encontraste rondando tu huerto, en busca de un cobijo para mi mente. Y me ofreciste tu boca y tus dedos. Y yo te di mis letras y mis ojos.
Me hubiera quedado ciego por ti. Pero en cambio, me quedé pequeño y lleno de colores.
Anduve tétrico por un sendero de baquelita y ruiseñor.
Y tú me recogiste y me llevaste de tu mano, por los intrincados mundos de la imaginación. Hiciste posible que mi pasión y mi afecto se hicieran verso.
Yo busqué en tu sonrisa todas las estrellas.
Y me quedé con las que creí eran las más grandes.
Y esas las usé para iluminar mi futuro.
Con un grupo de amigos hicimos eventos y sociedades, y tú eres la razón más inmediata para no quedarme loco y sucio. Para levantarme cada mañana y construir futuro. Y una casa donde colgar mis penas para que las puedas corregir de aquí hasta la oscuridad.
De qué valió el sonido y la luz, si tu tempestad lanzaría todo por los cielos. Y me quedé sin casa, sin futuro, sin gatos y sin relojes.
Desde entonces busco alguna manera para valer algo para alguien, aunque sea para mí. Aunque sea para Dios. O mis padres o mis gatos o mis perros. Alguien que pueda reconstruir eso que perdí.
Y un abrazo que me vuelva a armar, a estas alturas de la resaca, no vendría nada mal.
Fui prosa de tu dedos.
Fui elogio de tus labios.

Soy miseria que fuiste dejando.