¿Hay alguien que quiera hacerse cargo de mí? Para no decir que nos hacemos las víctimas... Nadie reclama amor, entonces, solo necesitamos que nos escuchen. Alguien que me haga la comida. Que me quiera de vez en cuando. Satisfacer algunos caprichos, tal vez, a cualquier hora, en el momento más inadecuado. Porque soy un viciadito, qué tristeza, estoy como loco por ese afán degenerativo de tu cariño, a expensas de tu latido; creyendo que no hay otro espacio para mi cordura llena de agujeros, como quien futurea lejanas vesanias, tu piel imaginaria, en ese tinte que mi dolor dentro, de costumbre y hondura, porque no estoy viejo, y al menos, aunque tu boca, qué lindo es llorar así. Tu sonrisa guardan las puertas del cielo. Quémame de a poco estos miedos, este tedio, esta voz. Tú tocando, yo rezando... ¿Hay alguien que me regale sus pies? ¡Estoy harto de caminar! No le veo sinsentido a esta noche que trepida, arriba las manos, esto es un beso.de dos colores,préndeme fuego, un placer, una alegría, no puedo decir nada, y ahora hace frío, el alma llora.... y nadie puede querer, no me dejes, siquiera una oportunidad, no me vayas a dejar en este hielo, te invito a pasar por mi casa, a tomarnos un café o recontar las luces de la ciudad, no te vayas a sublevar, hay que hacernos noche, no nos posterguemos, las viejas caderas, las voces y los tumores, todo hay que dejarlo, ¿Hay quien quiera servirse un café? Soy mal anfitrión, pero tengo por premisa pedirle perdón a mi madre por ser como soy. Y es que me haces sentir dios pero sin mente, sin religión, infantil huraño, ambar, tus ojos repentinos, esta cortesía de hacerte presente, al menos para dedicarte a borrar mi derrota con tus ojos que son las nostalgias del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario