sábado, 1 de junio de 2013

Yo sé que en tus tristezas

Yo sé que en tus tristezas piensas en mí...
Porque tras la comodidad de una estable relación
los fantasmas de los primeros besos permanecen
detrás, a la espera, como lobos hambrientos,
de saber colarse en el presente,
y a devorate con malicia los pensamientos.

Yo por eso sé de que en tus tristezas me sientes...
Y aunque el tiempo ha engordado,
entiendo, no hace falta ser sabios,
que esta distancia es un cinturón irrompible.
Si bien no veo los temblores de tu rostro
cuando sucumbes a la nostalgia,
presiento que has de sentir
esta misma mierda que deprimen mis ojos.

Yo sé que en tus tristezas te acuerdas de estos dedos
que surcaron profanamente tu piel clara,
y que intentó atravesar el desierto cálido
en que se fue convirtiendo, por el estrés, tu espalda.
Y de estos ojos ya ni se acuerdan
los ojos tuyos, ni de cuando, ebrios de amor
nos entregamos a la cuenta infinita
de las estrellas que nos procurábamos.

Yo sé que en tus tristezas también sabes odiarme...
Porque el cielo era una lágrima de muy baja calidad,
mientras en tus ojos se oscurecía la vida
y luego el flash que despertó a la realidad.
Las confesiones, el llanto, las maldiciones,
los ruegos posteriores configuraron
en última estancia esta insalubre sentimentalidad
que ahora, cuando sientes tristeza,
hace que te acuerdes de esta cosa
que me llena de mierda el alma.

Yo sé que en tus tristezas recuerdas mis versos,
elucubras inciertas profecías y te desdicen los hechos,
blasfemas mi nombre y te sumes en el olvido.
Y esto en perpetua oscuridad,
cuando no está él para irrumpir tu desgraciada
pena, o tu destreza para olvidar.
Y el tiempo se descompone en nostalgias,
me quiebra el alma esta tristeza
sin saber que hacer ahora fugazmente,
ahora que lees este poema
entran las nostalgias a violarte la mente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario