domingo, 27 de enero de 2013

Ataque de nostalgia (la he perdido)

Con una nostalgia que me desarma, avanzo por la noche,
evitando recordar sus ojos pardos, su cabello claro,
y buscando esa paz que mi corazón reclama...
que mi corazón, y con derecho, reclama...

Y llenándome de amargura, y de esa anciana pena,
que a mi conciencia constantemente magulla,
trato de no pensar nunca, nunca más en ella....
de no pensar nunca, nunca más en ella....

Porque su recuerdo a mi conciencia magullaba,
y por no repetir su nombre, echo rienda sueltas mis pulsiones,
aprieto los dientes, y doblemente, amago la tristeza...
rechina mis dientes, y doblemente amago la tristeza...

Como una curva que se envejece en esta Luna disipada,
disperso mis pasos, risueños, y en la arena tallan,
y que acaso me lleven al pie del altar que es su cama...
y que acaso me lleven al pie del altar que es su cama...

Llueve. Llueve en mi alma, y ella tan indiferente,
mientras me asalta un ataque de nostalgia
que me trae su rostro al presente...
que me trae su lívido rostro al presente...

Y me canso de llorarla, de suplicarle a su recuerdo,
de repetirle que la quiero, que quiero que se quede,
que mi alma siente un frío solitario que me mata...
un frío solitario que me está matando...

Si mis palabras pudieran atraparla,
si pudiera traerla a este instante que la pienso,
quizá ella entienda qué es la tristeza que me asalta...
la tristeza que me asalta...

Te envío estas líneas que se matizan de verde,
y aún pienso en ti cuando me aborda la nostalgia,
porque tu compañía sabía desarrugar mis penas...
porque tu compañía sabía desarrugar mi llanto...





martes, 22 de enero de 2013

Que seas feliz

Qué queda, entonces, después de todo. Qué queda de mí: solo ruinas, escombros. Todo te lo di. Qué queda para el que espera su turno, al final, por si tus ojos se posan en los suyos. Qué queda para mí: despojos, asombros, miseria, decepción. Qué me quedan, sino recuerdos, tiempo contigo, añoranza de tus besos, los ecos investidos, tus caricias, tu voz, todas, reservadas para la nostalgia. Qué queda, pues, si yo siempre fui el peor de los dos, con mi roña y mi personalidad complicada, si yo fui el que pintó esos ratos de amargura y de intensa lágrima que ahora propugnas... Si por mí, quién lo diría, derramaste las más sonadas lágrimas, para saciar mi sed... Soy esa carga que deshechas, soy ese recuerdo que se aferra a ti. Para qué. Qué quedará, después, tu silencio, y dirás algún día, cuál era su nombre, ¿por qué? si todo lo perdí el instante antes de que te marchases, sin una sola estúpida palabra para saberte retener.Si soy fracaso, y haces bien en marcharte, la desdicha me persigue, en cambio tu sonrisa es superior. Si yo soy extraño y tú eres feliz, mientras estés tan lejos de mí, porque mis latidos ya no te nombran. Que seas feliz.

sábado, 19 de enero de 2013

De ahí soy yo (a propósito del aniversario de Lima)

Cuando me preguntan, de qué ciudad eres,
revienta las pústulas y las sensaciones burdas,
pues vivo en esta ciudad de cárceles grises,
Lima es su nombre, y este es su cumpleaños,
y crece el orgullo pues esta mierda querida
es mía, mi ciudad enferma, es Lima.

Lima es como una isla, separada del Perú,
por factores políticos, aunque se diga la contrario,
aquí, en mi ciudad, aún no llega la descentralización;
totalmente, estamos rodeados de un océano de pobreza,
de gente fea y triste y tierras tierras estériles y deshabitadas.
Lima es mi isla. Aquí yo crezco, aquí muero.

Mi país cultiva sus miserias, y esta ciudad inapetente
es el reflejo de toda esa basura épica.
Pero amo mi ciudad, con sus parques dolorosos,
sus fumaderos ambulantes, su gris permanente,
las avenidas constipadas, la mierda yendo en ruedas,
los cinturones de fuego, y sus políticos, claro,
esa es mi Lima, y este es su cumpleaños.

Carecemos de sentido los limeños,
pero no de memoria, hoy mamá cumple años;
jamás olvidarán los mayores lo de Tarata,
ni lo de los penales, ni al tal gringacho,
ni indulto ni revocatoria, tampoco zona rosa,
sí a la paternidad responsable, pero obviemos, eso sí,
el derecho al aborto y a la vida tranquila.

Y construiré una burbuja para saciar mis ansias
de libertad, en ese universo gris limeño.
Las diarreas viajan por el río Rímac,
y desde sus achorados cerros, nuestros embajadores del mal
sacan sus cicatrices para aumentar su peculio,
es que ya mamá está de cumpleaños

Lima está enferma. Fuma por todas las avenidas,
y tiene el cáncer avanzada, allá mismo, el Palacio,
el Poder Judicial, la Policía... ¿Y las Fuerzas Armadas?
Mientras la revolución maoísta no llegue a mi casa,
hacen un buen trabajo... Ancón, Piedras Gordas...
¿Una postal? Puedes llevarte lo de La Parada,
o los mendigos, los emos, los risibles otakus,
con sus cojudeces, las lesbianas y los gays,
los suicidas que se albergan en el Larco Herrero
o los muchachos palurdos que se creen tienen TOC.

¿Lima con homofobia? Lima es el culo del planeta.
Nosotros, los limeños somos toda la mierda
que ese esfínter gris descarga... Palacio es el trono.

Este es el precio que pagamos por vivir en esta ciudad,
ciudad podrida, corrupta, grande, de bellos parques,
de amplias remuneraciones y de prostitutas vírgenes.
De ahí soy yo, señores, de esa intrépida selva
que huele a orines de choro, a ceviche, y a mazamorra.
¿Dónde está mi tapada?
Es un culo nuestro destino. Así es Lima, la horrible.
Y Arguedas lo supo mucho antes que nosotros,
por eso decidió irse, cuando se enteró que nació
el día del cumpleaños de Lima, nuestra ciudad que crece.

Hay mierda para todos, para mí, para ti, para un psicópata,
para el ayer, la mujer que me dejó y se volvió lesbiana,
las otakus, las fofas, el tren roto, para Ollanta
para Nadine, para Villará, y al fin, la ciudada es tan gris,
que todos avanzamos ciegos pisando nuestras ilusiones...

sábado, 5 de enero de 2013

Un día cualquiero (fragmento de Novela dos)

Amanece. Calmado, sin miedo, recordándote, amor, le hago masajes a tu recuerdo y lo insto a quedarse, Aquí en mi soledad, podría ser buen acicate. Deliro, lloro, cambio de color como de humor; me fumo un cigarro de contrabando, doy señales de vida, pero me persigue la muerte. Le dibujo bigotes a tu retrato, suspiro, me arrepiento, encanto, dudo, consumo, trastoco, velo, rezo, te acaricio. No resulta fácil estar sin ti. Desfallezco, me muero, procedo, resbalo, finalmente lloro. Mis hijos me han abandonado. Se quedaron todos en tu vientre. Y no van a nacer. Toco, canto, compongo, leo, escribo, creo, desconfío, corrijo, te pienso. Y tú te distancias, cabizbaja y ausente. Me desespero, grito grito y más grito, lloro, me sostengo, le reprocho su pasado al ex que se queja, le cuento los bucles al ángel que me cuida, te siento. Desayuno, enfermo, paseo, meo, me arrodillo, miro, lloro, obedezco,  estudio, pienso, me ausento, te extraño. Te veo en las paredes. Acelero, almuerzo, te recuerdo, navego, me apeno, defeco. Estiro mis dedos, te desnudo, me enriedo, vuelo, lloro lloro, me caigo, suspiro, canto, veo tele, leo, escribo, duermo, sueño, lloro, te extraño. Las curvas de la pared se vuelven rectas sendas de recuerdos, en tus ojos escarlata, de ron y asma, con la sensibilidad de mi infierno delator. Retoco la realidad, sueño, cierro los ojos, abro el corazón, me corto un poco las venas, escribo, sueño, me acomplejo, me hago pequeño pequeño, suspiro, olvido, me baño, me seco, me visto, dormito a solas. Aún, después de tu cuerpo en mi ropa, tu aroma invade mi infantil falencia. Lloro, te recuerdo, escribo, me malhumoro, destruyo el mundo, me golpean, acelero, me enfado, resbalo, me acuestan, me medican, canto, vivo, lloro, muero. Me medico, acelero, me enfado, doy un paseo por tus cabellos claros, me equivoco, sufro, lloro, me apeno. Leo, cuento, navego, espero... Te extraño y te deseo. La noche alta invade esta insana represalia de lo cotidiano con mi pasión por ti.