martes, 9 de diciembre de 2014

Lumen

Esto es como una síncresis, cuando juego a la belleza entre tu luz y mi oscuridad. Porque nos alimentamos de sustancias psicotrópicas. Las memorias de mis células piensan en tu encuentro, mucho antes de haber nacido el amor, algo cubierto de grietas, por donde tu quietud y mis aneurismas, se muestran eternidad, porque llegamos a una etapa donde se parten las cosas. Y tus ojos se alimentan de mis líneas. Mientras que yo me alimento de los ríos que pasean por tu cuerpo transparente. Me muero de densidad. Y a ti el Sol ya no te consuma. Prefiero que no me mires, para que no me confundas con mis deseos... Por una abertura en el alma, se va mi velocidad. Tus movimientos posesionan mis latitudes cantando y cambiando mis cronogramas por ver si me quedo varado en tu playa en tu memoria de muerte y sonrío. Tengo el día mostrado, ofrecido a tu eternidad, por siempre, pero claro, siempre se puede volver a tus orillas, depende del día de mi muerte y de mi resurrección porque sé que tú estás detrás, esperando en cualquier estación del año, cantando y pensando... ammmmm ammmmm... tuyo mi tiempo tuya mi rebeldía, tuya mi garganta tuya mi proyección. Escúchame. Tu capricho se cuela en mi vocación. Soy el avión que te llevará a todos lados. Escúchame. Llévame del tiempo me resfrío de tu adiós. Si me quedo en el aire, disperso, yo puedo ser un hombre de noche y de día una maltratada mujer. Oh, mi cabeza está llena de bichos. Si llegamos al final ¿quién me mimará? No tengo parejas, mucho menos relaciones. No tengo madre, mucho menos reloj. Quizá un día de estos, Escúchame. Soy un buen proveedor. Pero también me gusta la Luna. Puedo ser un soldado. Y pelear contigo, cuando me sienta loco. Por el momento lo que busco es un estancia. Soy un viciadito, qué tristeza no ser para ti. Supongo que verte como mi sombra es un problema de temperaturas. Perdón por darte un lugar en mi necesidad de necesitarte más. Por fuera estoy entero, por dentro estoy hecho pedacitos. Qué tristeza no poder salir a tu encuentro. Pero es que me arrancaron las alas, y ahora estoy con la vida que me duele. Porque no me da miedo la muerte, me da más miedo la vida. Te doy cualquier cosa, menos lástima, pero llévame por tu tristeza, a ver si superamos tu camino y el mío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario