martes, 9 de diciembre de 2014

Iletrados

Yo sé que al final no me quedaré contigo
que los días pasarán y pesarán
y me pesará haberme enamorado.
de alguien que cuando piensa en albertinos
piensa en fluoxetina risperidona suicidios.

También sé que esto de ser adicto a mirarte
se me irá borrando a medida que descubra
otros ojos otros cuerpos otros corazones.
Aunque siempre haya patrones recurrentes
que traigan hasta mi silencio tu nombre al revés.

Sé que no me quieres en exacta dimensión
como dos almas que generan el cambio
y que te llevo por ilusión algo por qué vivir
porque estoy todo podrido de tristezas
invadido de paredes de manicomios de perezas

Nadie puede cambiar ya esta imprecisión
si yo te puse por delante de mis prioridades
si te puse por encima de mi cuerpo de mi fe
porque creí en mi desinterés prefacio oscuro
y en tu sonrisa y en tu clima y en tu alegría.

Pero qué importa el miedo a necesitarte...

¿Cuántas veces más debo dejar de ser Yo
para ser Tú y vivir en ti como cariño decorado?
Y es que no soy precisamente el chico guapo
ni el chico rudo: soy un cobarde que fumó su tristeza
que alguna vez fumó marihuana para sentirse marciano.

Y ahora estoy encerrado conmigo mismo porque vivo solo
y todo se me hace tedio y aburrimiento, lo sé....
no habrá matrimonios ni hijos ni feminismo ni besos
no habrá viernes por la tarde una hermosa biblioteca
moriré solo acariciando papeles y el hambre de extrañarte

como si hubiera acariciado tu piel o tu azucena
creyendo que tu cuerpo arde al oir mi habitación
llena de fronteras filosos destinos pequeñas locuras
que a todos aterran, esperando que mi paciencia
deje de extrañarte porque el chico bueno (pobrecito)
nunca se queda contigo, la chica rara del cuento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario