sábado, 9 de agosto de 2014

NO TIENES REMEDIO

Tiempo son tus dedos rasgando el cielo, tu cósmico abrazo, que se repite y repite, o la prefigura de tu insana vocación. 
Urge una caricia de sueño. 

Tus dedos que tientan locura, tus orgásmicos abrazos que son espectros en el bosque, tu piel que ya no te cubre, las tardes que ahora se hacen notas musicales. 

El alma que nos queda chica, la soledad, el vacío, los exs: el tiempo se me hace esquizoide y oculto.

Vienes otra vez, atenta, premeditada, cuidado con tus curvas, a fomentar boca en mi terreno siniestro. Yo no pido que te acerques, tú sola abres las alas. ¿A qué te acercas?, si es una noche de tantas. La algarabía, luego la religión.

Un poco de muerte, una muerte lenta y segura, los años que nos prometimos. El para siempre que es solo una semana. Ya estuve preso tres veces. Y todas esas lágrimas las cambiaría por otra semana empeñado en hurgar por tu cuerpo el oro y las armas. En descubrir en ti el secreto de las ventanas o la indiscresión de tu boca que promete salvación, y mi vientre henchido de llanto e intestinos.

Te extraño hasta que me duele o me salen llagas en los dedos, o la piel se me irrita de tan luz, o el tiempo deja su típico sentimentalismo de degenaración.

Navego por tus ojos y solo encuentro versos, solo encuentro cuervos martillados, y sus graznidos me recuerdan tu reloj improviso, su carga de fuego, los labios que te besaron en otros tiempos, cuando yo aún tramitaba mi libertad y mi romanticismo.
Urge una caricia existencial

que vengan de tus dedos largos o tu vista de lluvia y sensaciones
que me devuelva la voz o me mate en el intento, ahora no me reconozco
que me destruya a la vez que te alejas, porque se me cae el cielo, ya no tengo alas, solo diáfanas promesas que tentaron tu sonrisa.

Soy un caso perdido. Pero tú eres como lluvia que me sobrecoje y me llena de vida. Y ahora yo tan solo. Y tú tan espaciada.Y yo sin remedio, y tú sin curas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario