Para Esther
La vida que me diste
Renací en tu carne
cuatrocentista, como la de la Primavera de
Botticelli. Te elegí entre todas porque te sentí la más diversa y la más
distante. Estabas en mi destino. Eras el designio de Dios. Como un batel
corsario, sin saberlo, buscaba para anclar la rada más serena. Yo era el
principio de muerte; tú eras el principio de vida. Tuve el presentimiento de ti
en la pintura ingenua del cuatrocientos. Empecé a amarte, antes de conocerte,
en un cuadro antiguo. Tu salud y tu gracia antiguas esperaban mi tristeza de
sudamericano pálido y cenceño. Tus rurales colores de doncella de Siena fueron
mi primera fiesta. Y tu posesión tónica, bajo el cielo latino, enredó en mi
alma una serpentina de alegría.
Por ti mi
ensangrentado camino tiene tres auroras. Y ahora que estás un poco marchita, un
poco pálida, sin tus antiguos colores de Madona toscana, siento que la vida que
te falta es la vida que me diste
(JCM)
Lo que realmente importa
No importa si no has leído tanto
como yo, la verdad, yo tampoco he leído tanto. O si no sabes algún cuento de
Borges o de la existencia de Kavafis. No importa, en verdad.
No importa si la la Política te parece asquerosa, mediocre y denigrante, aunque no comparte tu punto de vista, no me importa eso, en verdad.
No importa si la la Política te parece asquerosa, mediocre y denigrante, aunque no comparte tu punto de vista, no me importa eso, en verdad.
No importa que no te guste el
tipo de música que yo escuche, que lo tuyo sea más pop, no importa, en serio.
No importa que no sepas de besar,
uno no nace sabiendo, yo tampoco sé besar, en realidad, juntos podemos
aprender, si es que nos lo proponemos.
No importa que no me digas cosas
tiernas o te rías todo el tiempo.
No me importa si me miras y te
quedas callada; o si no entiendes cuando te platico de algún tema en particular.
Lo que realmente importa es que
esta magia que surge y nos envuelve jamás se rompa. O que nunca dejes de tener
una sonrisa apremiante cuando yo quiera estar triste. Y que no me sueltes la
mano cuando volamos a través de la gente. Eso importa, niña, eso importa en
realidad. Lo demás sobra.