La vida es bella.Y he demorado mucho en asimilarlo. Y he demorado mucho en aprender a quererme. Estoy curado, es cierto, y ahora puedo curar a mis yos y estar en paz conmigo mismo y los demás. Ya estoy apto para querer y dentro de unos meses dejaré los medicamentos para iniciar otra terapia, una de reinserción a la sociedad y aceptación de los procederes a pesar de mis renuencias. Fui un antisocial del tipo autodestructivo. Y no me jacto ni me averguenzo, porque es hora de colocar el pasado en el pasado y el presente en su lugar. Y que estos días que viene tienen que ser promedios y alegres, con una sonrisa enfrentaré el día a día, porque gracias a las palabras de la doctora Villa, al apoyo moral de tu recuerdo, al cariño fresco y empático de Esther, a la amistad de Pittman, he aprendido a vivir la vida sin hacerme daño ni hacerle daño a nadie. Estamos en la vida para una sola misión, la primigenia misión que Dios nos encargó: ser felices a cualquier precio. Sobrellevar las penurias y las emociones con tino y ahínco, y, sobre todo, apego por la vida. Nacemos y crecemos por ideales. Y soñamos con hacer y perdurar nuestras fungibles vidas. Disfruto de mi carrera, mi eterna pasión con las letras, mi gozo con la literatura. Y repito que quiero poner las cosas en su lugar, el pasado en el pasado, el presente en el presente, la poesía en tu boca, la moral en mi cabeza y la pasión en tus besos.
A veces me siento a tomar un café, miro el parque de Miraflores y me parece recordar el chico que fui, lleno de complejas dudas, atormentado por su inmadurez. Todo ha cambiado, mas en mí persevera el ansioso afán por perseguir los ideales, por cremar mis idilios, por ser feliz y por amar. Y ahora soy feliz, y recuerdo, y también lloro, también me amargo y sufro, pero ya no me desespero y tomo las cosas con madurez y calma. Asumo la cosas porque son.Tú también has cambiado. Y nuestros éxitos son paralelos. Yo sé que disfrutas, yo también disfruto, Yo sé que triunfas, yo también triunfo. Pero yo dependo de tu recuerdo y de todo lo que enseñaste para triunfar. Tú aprendiste de la vida, yo tan solo te enseñé ese lado sublime que algunos desesperados por el amor e inmaduros con el ego recortado pueden canalizar de la forma más endeble y sin miramientos ni remilgos.Tú me ensimismas desde el pasado. Y yo sé escribir esas vivencias e interpretarlas a mi realidad, que estar lejos, pero mirar hacia adelante, por si algún día me animo a llamar a ti casa e invitarte a salir, ten de por cierto, que me faltan los cojones para hacerlo. Lo más probable, y eso es cierto, es que espere que alguien llegue, me quiera, se aburra de quererme, se marche, me ponga triste un tiempo, piense en ti, y el destino nos una otra vez, como tú propusiste, nadie sabe qué pasará en el futuro. O puede suceder todo lo contrario. Puede que alguien llegue me ame, y yo la ame, no como a ti, quizá más o menos, y seamos felices por siempre.Y entonces tú vivirás en mí, como recuerdo, recuerdo hermoso y serás mi musa, mi mujer ideal. Por ahora eres la dueña de mis intoversiones. Y estas son las delaciones de mi corazón