miércoles, 30 de julio de 2014

Lo Real y la realidad son tan distintas. Lo Real es todo lo que nos rodea, lo Real es lo que sucede a nuestro alrededor cada vez que miramos un nota musical bajar lenta las escaleras; lo Real es lo que nos hace viejos a cada instante y pasa y pasa y no se puede hacer nada para entretenerlos con nuestras infinitas miradas. La realidad en cambio es verbalizar ese Real. La realidad es simbolizar por el lenguaje ese Real que nos angustia tanto. Por eso, un buen poeta es aquel que puede simbolizar por el lenguaje lo Real y a la vez decir algo nuevo de ese Real, decir, por ejemplo, sus aromas, sus colores, su escencia pintoresca y necrófaga. El poeta puede hacernos sentir ese Real ya no como algo que nos trasciende, sino como un sustrato de unidad esférica que se puede intelegir mediante símbolos que podemos, dentro de nuestra humilde condición de seres mercantes, decodificar entendiendo esa simbolización que el poeta en un lenguaje nuevo nos dice.

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