martes, 25 de noviembre de 2014

Primera crónica


Acechan los supermercados con sus promociones que muerden el bolsillo. Las calles huelen a humo y ferias. El cielo ya no se ve tan límpido. El mar es un triángulo desde mi azotea. El hombre posmo ha dclarado la guerra a la verdad, al relato, al discurso. Se bombardea de noche, las bombas expelen huesos y abren tentáculos para abrasarlos a todos con su memoria de insulto y expansión. Se desmoronan los edificions, se caen bloque a bloque....
Eso sucede allá afuera.
En mi búnker de magma y pastillas yo estoy protegido. Afuera me aterra. Aquí me muero. Afuera están seres irracionales llenos de odio, envidia y daño. Aquí puedo acariciar libros como si acaricia tu piel. Y es por eso que las mujeres huyen de mí. A veces soy un hombre posmo y deconstruyo los trenes que llevan de regreso a casa. Solo tengo una líena que me afea las manos al momento de escribir.

"no hay fracaso más rotundo que haberse venido al mundo para aburrirse y nada más"

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