Acechan los supermercados con sus promociones que muerden el
bolsillo. Las calles huelen a humo y ferias. El cielo ya no se ve tan
límpido. El mar es un triángulo desde mi azotea. El hombre posmo ha
dclarado la guerra a la verdad, al relato, al discurso. Se bombardea de
noche, las bombas expelen huesos y abren tentáculos para abrasarlos a
todos con su memoria de insulto y expansión. Se desmoronan los
edificions, se caen bloque a bloque....
Eso sucede allá afuera.
En mi búnker
de magma y pastillas yo estoy protegido. Afuera me aterra. Aquí me
muero. Afuera están seres irracionales llenos de odio, envidia y daño.
Aquí puedo acariciar libros como si acaricia tu piel. Y es por eso que
las mujeres huyen de mí. A veces soy un hombre posmo y deconstruyo los
trenes que llevan de regreso a casa. Solo tengo una líena que me afea
las manos al momento de escribir.
"no hay fracaso más rotundo que haberse venido al mundo para aburrirse y nada más"
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