miércoles, 30 de julio de 2014

rojo

Solo con tu cariño que se enrieda en mi huesos. Y con tus ojos que reflejan todas las puertas del mundo. Así, de colgado y perchero, volando a tu lado, a tu cabello le puse ansias. Y a tu cielo le puse color. Y a mis ojos le puse libertad, y a tu vientre le puse vida. Pero todo se hizo arena y necesidad. Y una lenta espera espera espera. Y muy pronto se cansó de jugar. Me hice sentimiento, pero la cama ya era ancha y eterna. Solo espero que recuperes todas las características que te otrogué cuando aún construía un hogar para ti, en mi vida. Y las iglesias que una vez barrimos de pecados y agonías, hoy se hacen grandes sepulturas para tus huesos entrando corruptos al cuadro mío.

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