La primera vez que medí mi CI fue por encargo de la psiquiatra. El examen me tomó vulnerable, en aquellos días llenos de crisis, episodios e intentos de suicidio. Y la antipatía que me producía el ejecutor del examen, un psicólogo con cara de aburrido y que bostezaba mucho. Mi resultado fue 114. Un tiempo después me dijeron que ese resultado era relativo, pues para dar un buen examen debo tener equilibrados tanto mi CI como mi IE (Inteligencia Emocional). Fue por ello, en un periodo en que todo andaba de maravilla y tenía corazón y una novia muy linda que me apoyaba tanto y en todo lo que concierne al ámbito intelectual, que me hice otro test para medir mi CI. El resultado fue 154, lo que virtualmente me coloca en el nivel de los "Superdotados", a seis puntos de Einstein. La noticia fue tremenda para mí y fue tomada con mucho alborozo por Claudia, mi exnovia, me felicitó y se sintió orgullosa de tenerme de novio. E incluso tuvo palabras conmovedoras las cuales me llenan de nostalgia y que terminan así: "...Quisiera que nuestros hijos salgan a ti". Ella quería casarse conmigo, y yo con ella. Éramos por ese entonces una pareja ideal e irrompible. Por ese entonces, Dios...
Con ese CI logré mi ingreso a San Marcos, una de las más difíciles universidades nacionales, en un respetable tercer puesto, con un puntaje alto, sin haber estudiado mucho ni tanto. Y después de ello vino la tristeza, esa piedra en el zapato, que se acopló a mi vida durante mucho; pero que desde entonces ha mudado su residencia a mi vida, y convivimos. En el 2010, volví a medirme el CI y este había bajado, en parte porque detestaba la carrera que había elegido y eso me mantenía mal. Ahora mi CI era 131, eso me ubicaba entre los brillantes, si mal no recuerdo. Pero unos meses después, mi vida caería en un profundo foso del cual no sé salir. Y me deprimí hasta ahora, considerando que tengo TLP, la vida me limitó tanto, es como si me hubiera permitido ser un genio durante un tiempo para que yo me vaya muriendo de nostalgia en el futuro. Y así sucedió. No volví a sacar en ningún test 154. Mi CI bajó hasta 114, que es algo promedio en un estudiante sanmarquino. Y a pesar de ello y mi enfermedad, coseguí otro ingreso a San Marcos, algo mediocre, qué más podía pedir con tan apocada inteligencia, en la que desenvuelvo bien: Literatura. Posterior a ese ingreso volví a medirme el CI y este alcanzó los 148, que es el que actualmente supongo tengo. Claro mi IE había aumentado. Por esos días estaba muy deprimido, y la amitriptilina y la olanzapina no dejaban que me concentre. Se manifestó totalmente mi Trastorno Limitrofe de la Personalidad, y recaí horrible. Y hasta ahora estoy en ese foso de mierda. Siempre que quiero salir algo me empuja más abajo.
Es obvio que mi IE está severamente dañado. En cuanto mi CI, trato de enriquecerlo con lecturas y hasta llegué a dominar las Integrales y Derivadas, junto con Las Funciones, cosa increíble en alguien que solo sabe leer y escribir. Mi CI va disminuyendo cada día, eso es cierto, ya no soy el genio que conoció Claudia, ahora soy uno más del montón, y muy pronto seré un idiota. A pesar de que logré comprender la Mitología Griega y estudio a Nietzshe por mi cuenta, no puedo hacer que mi CI aumente otra vez. Me da miedo volver a medirlo, temo que me digan: "Señor, usted es un idiota". He intentado hacer cosas terribles. Y no sé qué será de mí ahora que me vuelvo uno más. La única salida es nivelar mi IE, pero.... Pero eso no se podrá, porque yo me conozco y yo sé la cura, y la cura me conoce y sé que no piensa volver a verme.
He escuchado que por Magdalena hay un lugar para personas como yo.
Y también he escuchado del MENSA, y que están interesados en mi CI, y en mí. Pero lamento decirles, hermanos de México, que ya no soy el genio de antes, ya ni puedo escribir un buen poema ni un buen cuento. Me deprimo mucho y a cada rato. Pero les prometo, hermanos de México, estabilizar con drogas, si es necesario, mi IE e ir con el certificado para dárselos y formar parte de su comunidad. O es que ya estoy tan orate que estoy soñando que me han llamado. A lo mejor es eso...