Y es así: cojo mis maletas y camino derechito a la mierda
Una energía remota me recorre el cuerpo, me hace levantar y etiqueta mis lágrimas por intensidad. El sol renace de una era de deshielos en el corazón, mientras de este lado del hemisferio se vierten millones de litros de memoria. Como si a alguien le importase mis verdades gangrenosas.
Las personas que quiero se mueren o las pierdo o me dejan siempre
Llueve con intensidad inusual en mis ojos, mientras cargo el féretro de una era de luchas. En su interior yace un cuerpo poseído por el olvido y el olvido le consumió la memoria, pero el sentir no. Y dentro de un rato, cuando lleguemos al vacío eterno, podré decir: "Con usted he cumplido".
Las personas que quiero se mueren o las pierdo o me dejan siempre
A diferencia de tus ímpetus, no se trata de persistir en la memoria; es más bien una cuestión de filosofemas y raídas empatías que nos trae la vida. Y de repente, cuando abrimos los ojos ya no tenemos compañía, ni candor en las venas, solo esta melancolía para que no te mueras.
Las personas que quiero se mueren o las pierdo o me dejan siempre
Se me evaporan las ideas. El sol se bebe mis lágrimas. Mi corazón furioso blasfema contra tan inmutabilidad de El Creador. Mírame, Dios, aquí tan triste y Ud. desde hace mucho que es mero contemplador. Y yo todavía no sé por qué hace las cosas. Todavía no sé por qué me deja sin sonrisas.
Las personas que quiero se mueren o las pierdo o me dejan siempre
Las evasiones son siempre las misas, una tras otras, y el cielo se hace piedra. Atraviesan los corazones un viento golfo que inunda de mierda los ojos. La gente llora al caído. La gente se convence que se va. Y ella, su compañera de toda la vida, si quiebra, no está hecha de piedra.
Las personas que quiero se mueren o las pierdo o me dejan siempre
Y yo la miraba con ojos nublados, con sonrisa rota, con corazón destrozado. La miraba con cariño. Siempre nos toca perder. El sol impertinente sonrío macabro, bebiéndose la clorofila de las plantas, obligando a las personas a huír. El clamor divino nunca se escuchó.
Las personas que quiero se mueren o las pierdo o me dejan siempre
Un ángel azul se posó sobre el pabellón, mostrando futuro, mostrando condolencias. Los ojos infieles desde otro lado, compañeros de batallas, rompen sus llantos y delirios contra el mar, para no hacerse notar. Y se puede ciertamente a viva voz: "Señor, con usted hemos cumplido"