miércoles, 30 de julio de 2014

Astrolocos

Una vez Albertino, ese imbécil, quiso ser héroe y empezó a cazar astronautas, que estaban muy de moda por entonces. Todo el mundo se iba de la Tierra y él se iba tras ellos, les amarraba una soguilla a los pies para mantenerlos en firmes. Pero era inevitable. La misma Tierra repelia a sus habitantes. Así que Albertino los ató a todos a los árboles, a las montañas, a las universidades, a las ramas endebles de la poesía. Incluso a su propia casa. Y se quedó sin soguillas, un día sábado. Ni siquiera había una para atarse del cuelllo él. Y se fue elevando y elevando, y así llegó a ser astronauta. Y mi novia sin saberlo, me dejó por otro. Desde arriba, se cosechan mejores desgracias, es cierto. Pero uno extraña a la gente que lo quiere, de abajo. Y todos estaban atados a algo, y nadie podía ir a rescatar al pobre imbécil de Albertino. El corazón se hizo perverso y la Tierra se lleno de malformaciones. Albertino entendió que era buen peruano. De pronto se dio cuenta que no quedaba nadie, mucho menos en él. Por lo tanto no había a quién traicionar. Albertino empezó así a jugar con la realidad, y se hizo suicida. Y de pronto, cuando descendía, empezó el bombardeo a Gaza. Pero él no dijo nada. Porque con palabras ya no se cambia el mundo. Albertino quiso contruir un gran explosivo para erradicar la humanidad. Pero se volvió baboso y sintió un orgullo inolvidable. Se hizo asteroide y ahora viaja con concurrencia y formó una familia de desperdecios. Ayer, por ejemplo, hizo las cosas mal. Y cayeron bombas sobre Gaza. Él se siente culpable de todo. Incluso de que le roben los adjetivos. Pero como es un imbécil, jamás dirá nada. Sabe que alguien en la Tierra mira al cielo e intuye que por ahí debe andar flotando con su inmensa sonrisa idiota. Y que tal vez un día baje para detener los bombardeos. Mientras tanto, intenta, lentamente, no morir de pena. Pero con palabras no se cambia el mundo. Con hechos sí. Y Albertino y tantos otros jamás han hecho nada, excepto, como ya lo dije, cazar astronautas para tomar su lugar.

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