miércoles, 30 de julio de 2014

Revolucionaria

Tu sonrisa es un corte de cabello estilo punk; algo así como una invitación a tomar
tu mano y juntos hacer crecer raíces, bajo nuestras vestiduras, por si algún momento, la prudencia y el desacato, se apodera de esta ciencia del desamor.
Quizá tu sonrisa sea un paliativo para estas crisis nerviosas. Y uno que está prendido a un chocolate, y ella que desde detrás muerde la vida, para no escapar como peluza, y tu acertijo, esa tu boquita copada de sueños e interddicones. No, no gritas rebeldía, pero cuánto quisiera. Rendida quedaste. Y yo tan de otro mundo, casi rojo casi tinta delirante; tú, pequeña burguesa, en tus ojos helados yo me vi todo incomprendido. No soy poeta, pero no hace falta serlo para elucubrar inciertas sinrazones que más o menos te aludan. Y luego una revolución. Sí, aún tenemos ciertas dosis de utopía y todos contaminados de política, porque ser hijo de puta no cuenta, pero dicen que se ha puesto de moda; para eso quedan las marchas, el barullo; lo nuestro debiera ser más intenso y más surreal, también. Piensalo. Yo tan al margen, tú tan decepcionada. Y eso te desaprovechan, porque tu distancia otra vez está remarcada por el silencio y las dudas. Mis tormentos posibles. No hay amor, entonces. Lo que queda es un incendio y un escape incierto a la totalidad de tu ser, pleno y lejano, jamás mío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario