El mayor sacrificio de amor no es quitarse la vida por alguien que amas; el mayor sacrificio es entregarle la vida a ese ser que amas. Yo no te entrego mi vida, para qué la querrías, y eso no quiere decir que no te ame. Te entrego poesía, por si sabes valorar lo que te escribo.
El olvido toca la puerta y hace sentir sus dedos fríos en mi espalda. Recorre con el pulgar mi pecho y te ausentas un rato de mi memoria.
No soy el mejor, lo sé, y eso no es humildad, eso es sinceridad. Si quieres humildad puedo decir que mi amor no es el mejor que podrías conseguir; pero sí que nadie te podrá amar como yo te amo, tan sincero y desnudo, con el corazón hecho jirones, pero firme y deseoso de cumplir cada una de sus promesas, como lo voy haciendo hasta ahora, en secreto para que todos lo sepan. No son los versos los que dan fe del enamoramiento, son los latidos del corazón.; siempre sé que estoy enamorado cuando pienso en ti y mis latidos aumentan, las pupilas se me dilatan y el deseo por vivir es intenso.
La depresión toca la puerta y hace llover en mis ojos. Desbordo tristeza. No necesito consuelo, soy capaz de reponerme con mis propios sueños.
De todas maneras me alegra ser una de esas pocas personas que puede expresar su ideación sin remilgos. Lo que no me agrada, y tú lo sabes, es que soy algo inseguro; pero ya no en el amor, más bien sobre la imagen que tengo de mí, tengo un concepto errado de lo que soy yo; porque tal vez soy más de lo poco que creo. Y cuando asuma eso como un axioma, podré irte a buscar, claro, si es que tú decides recibirme. Me enteran que sufres. Cuando te hartes de sufrir por amores de un rato, dame una señal, porque yo sé perfectamente y al pie de la letra que puedo hacerte enteramente feliz. Si no te busco es porque mi inseguridad, la autoimagen y ello, y también por que quiero que entiendas que nadie podrá amarte igual que yo. Tuve mis errores. Hice muchas tonterías, pero no valoras mis logros ni mis introversiones.

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