Cuando me siento solo suelo escribir rubricas de gente que alguna vez me quiso, pero por mi inmadurez perdí su cariño. El trabajo de oficina me limita mucho. Yo no pertenezco a ese mundo, uso la imaginación para escapar de ese encierro. Pero desemboco en otro mundo: Tú. Y luego, cuando regreso a este, estoy solo por siempre. Como al principio.
Trabajar, firmando papeletas de salida, de rato en rato, cuando el tráfico se pone pesado y eso me genera tiempo, leer la biografía del Che Guevara, contaminarme con teorías revolucionarias, en vez de hacerla. Suelo divagar llevando mi mente a universos paralelos, recreando mundos, delirando por mi musa. Y todo eso es la estructura de tu cuerpo, de tu personalidad que yo amo. Y luego, cuando el tiempo me lo permite, escribo poemas, que tú no sabes apreciar, que no sabes valorar, pero que a pesar de ello te pertenecen. La muerte es parte de mi pasado. Mi presente se basa en vencer esta inseguridad que me gobierna, esta indesición, y cuando lo hago irte a buscar, así me lastime, porque si me lastimo, yo no me moriré, si he de morir será por una causa buena, nada más puro que morir por ideales, o en el caso mío para con el tuyo, por abstracciones.
Te amo. Y tal ves te ame toda la vida. Un año y te amo como el primer día. Sé que la culpa es mía. Deja que yo remedie todo ello. Mi amor, mi reina, mi musa...
Sigo sintiéndome solo
"si he de morir será por una causa buena, nada más puro que morir por ideales, o en el caso mío para con el tuyo, por abstracciones".
ResponderEliminarCopio esta parte de tu texto, no para robártelo, sino porque fue este fragmento el que más emociono o simplemente con el que me sentí mas afín....