Un año más...
Para qué quiero las palabras si no puedo escribirte.
Ni la voz para cantarte
ni los ojos para mirarte
ni los labios para besarte
ni las manos para tocarte
ni la piel para sentirte
Para qué quiero la vida
si no es para vivir un idilio contigo.
Y estas diferencias que nos separan,
las ideas bifurcadas,
el deseo con la mala sombra,
los ojos que se separan,
el viento que llora
la memoria que recuerda
los dedos que te extrañan,
el chico que necesita de tu boca.
Un año más...
Y tu recuerdo no se aleja,
todo se repite en el tiempo
se repatrian las tristezas
la palma se abre el brazo se levanta,
y otra vez la cachetada es asestada.
Un año más...
Y no te recuerdo, porque jamás te olvido
Para qué quiero las palabras,
para qué quiero la vida.
El sentido primigenio, los pulsores,
se desactivaron, el instante previo,
de tu partida.
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