viernes, 25 de noviembre de 2011

Un buen día para morir

El vacío que dejas en mi alma, todavía no lo puedo llenar ni con cigarrillos ni con Literatura. Camino por tu barrio  como el fantasma que soy, recogiendo mis pasos para poder morir en paz. Y los besos que no te di se pudren entre mis labios, arrebatados de desidia y colmados de nostalgia. Ha pasado el tiempo, y no puedo vivir sin ti, y tú no lo entiendes. Tal vez nunca lo entiendas, y sigas viviendo tu vida, mientras yo viva una vida desolada y lejos de ti.

Debo estar loco, no? Significas demasiado para mí. Debo estar loco, no? No te imagino en otros brazos. Yo aprendí a amar como adulto, para ti, solo para ti, debí morir en Vietnam o en Bosnia. Hoy es un lindo día para morir, porque extraño tu abrazo que sabía calentarme el frío corazón.

Me han amado dos veces desde que te fuiste, dos chicas muy amables, una muy bonita, la otra un poco intratable, pero a ambas les he dicho que no, porque yo me siento en el balcón a esperar tu regresos. Todavía tengo esa esperanza porque todavía te sueño y te amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario