sábado, 24 de enero de 2015
Afasia
Las
palabras no me ayudan a pensar. Estás entre las hojas que escribo.
Detrás de la memoria, como perdiendo la noche, versando de tu
irisdiscencia por si puedo volver atrás con este mismo silencio. O esta
sonrisa de claridad. Eres como la hora de verte. No te asustes si te
digo que te quiero. Ni me vayas a salir con que el amor es un
constructo. El amor es como un mancha de tinta: a veces está allí
para hacerse notar, nunca para incitarnos al turno. Y yo no sé decirte
que te espero todos los días. Que mi día se resume a esperarte. Que me
muerdo las uñas y que llegaste a mì como tomada de un sueño. Y que me di
vuelta y ahí estabas con tu lunarcito, con tus ojos de mundo. Y mi
pensamientos esquizoides. Y mi amor retraido. Y mi fabulación de latido.
Te encontré y me encontré a mi mismo. Parezco un niño. Soy un niño
gordo. Pero muy inteligente. Y además soy sensible. Pero soy uno.
Contigo soy dos. Conmigo estoy solo. Pero no quiero estar solo. Prefiero
estar natural. O estar en las portadas de los diarios. Ya sea cmo
alguien famoso o como una mancha en la pista. No soy famoso. Pero tengo
tu cariño. Y eso aunque no sea fama, se le parece mucho. Y yo te quiero.
Porque soy un viciadito, ay qué alegría ay que tristeza. Me recuperaré
pronto. Y tú estarás allí. Tendrás a otro que te regale besos. Pero no
me tendrás a mí. Porque yo soy perecible. Aunque a veces soy automático.
Pero contigo quiero ser mejor persona.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario