Aquí está el imbécil de todas las noches, siempre huyendo de tu mirada punitiva.
Aquí tus ojos que duraron lo que duran en el viento las fragancias.
Aquí yo, que soy un prefijo de cada una de tus palabras
aquí, que vives sin mí, sin mis artifcios ni mi lenguaje.
Aquí voy seguro y aquí construyo instantes de espejismo;
aquí, donde paso todas las pruebas pero termino siempre muerto.
Aquí donde ando necesitado de ti, para que me saques de este infierno.
Aquí, donde siempre soy un narciso malo,
aquí, donde se esfuma y se eleva tu noche infinita y ancha.
Aquí, tus pestañas, aquí, en mi almohada, dibujo tu ausencia.
Aquí, donde todos me llaman loco, suicida, infame.
Aquí, donde avanzo solo para mostrate que aquí olvido mis miedos,
que aquí, me dibujo presidente, rector, asociado;
aquí, donde empiezan mis nervios y desembocan tus besos;
aquí, en esta blancura hecha a la medida,
aquí, frente a tu recuerdo que me acercan ruidos,
aquí que me quedo titilante como una inválida estrella,
aquí, entre poemas y novelas inconclusas,
entre flores y escaleras que te empujan al infierno,
aquí, aquí estoy, aquí estoy ya sin ella.
aquí, donde te encuentro color de brillo desabrido,
aquí, entre árboles y videojuegos, y las risas ladinas,
aquí, donde construyo mi pena y mi lejanía,
aquí está el oceáno de deudas comparables a tu eléctrico fragor,
aquí está el imbécil que se quiso morir antes de haber nacido
aquí estoy otra vez huraño, otra vez sin ti.
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