Sobre tu nombre va cayendo un triste polvo a violencia,
con súbitas percepciones que alteran mi ánimo.
Caen amenazas que arrostran fechas,
íntimas dudas que extiende sus alas
sobre este desvarío enamoramiento roto.
Pólvora de madrugada, la noche se ausenta
y explota la mañana, con fulgor y violencia.
Entras por las rendijas de mi alma,
y consumes mi oscuridad, para desentrañar
de mí la hedionda riqueza.
Muchos minutos transcurridos,
se yerguen las flores de tu pecho,
como si adivinaran
que esta hambre, idilio caliente,
puede recubrirse de tibia madrugada.
Sobre tus ojos cae la noche.
Y es precisa la mirada que me lanzas,
con sus aguijones de tristeza cósmica,
con sus altos muros de dolor humano.
Sobre tu recuerdo cae un polvo de violencia,
que con el correr de los tiempos,
se irá haciendo polvo de olvido.
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