viernes, 17 de mayo de 2013
Recurro a ti
Estoy como desempleado, capturando ufanas sensaciones que se remontan al pasado inmediato. Porque otra vez, como esas veces, me escapo como un terrorista alado, derribando edificios y montañas. Escucho la guitarra horadada, del confín del sueño, por si aprendo a simular siquiera que te deseo, pero en superfluo secreto. Y aunque cerca, no puedo irte a buscar, porque, lo que me ata al cielo, es tristemente el momento remoto. Y este primer amor que me comprime como una hoja. Y este recuerdo fiel que no me abandona de tu sonrisa en mi boca, si quieres para perpetuar el templo marchito que dejé olvidado en el recodo más cruel de tu cabeza. Yo escribo, pero no lo hago bien. Yo lloro, y tal vez lo hago mejor. En todo caso, ya para este presente es el mismo caso, lo que entre tú y yo se creó no fue más que una censura. Y tú ibas por el poder, mientras yo dribleaba la locura adelante. Y estos deseos de nadar sobre tu cuerpo, como en una piscina llena de escalofríos, no se despegan de marchita inconsciencia. La noche se incendia y mi sombra retumba. Me tiendo como perdonado por el tiempo, y me consumo en esta tristeza, con la cajita de las medicinas consumadas. Y este cuento de hadas que termina mal. La noche se hace medio día. Dentro de mi cabeza, entrada la locura, otra vez estoy todo el tiempo triste. Y recaigo en ti, para que me saques de esto, como sabes hacerlo, con medicinas y sonrisas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario